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Felipe Paz, el gran compositor de bandas

Sobre el pontevedrés Felipe Paz se puede decir que fue el compositor más prolífico de música para bandas en su época y que este año se cumplen cien años de su muerte

Una de sus obras más conocidas. FAMILIA PAZ
photo_camera Una de sus obras más conocidas. FAMILIA PAZ

Las Bandas de Música animaron durante décadas la vida de las ciudades y los pueblos, cuando apenas había diversiones. A finales de este año se cumple el centenario del fallecimiento del pontevedrés Felipe Paz sin que se anuncien actos y música en su memoria en la ciudad que lo vio nacer. Sirvan estas líneas para traer a la memoria a tan aplaudido compositor. Felipe Paz Carbajal nació en Pontevedra el 23 de agosto do 1850. Hijo de Isidro Paz y de Dolores Carbajal fue bautizado en San Bartolomé. Se casó en primeras nupcias con una pontevedresa, con la que tuvo descendencia, pero no dispongo de más información a fecha de hoy.

Paz fue un hombre polifacético y desarrolló su actividad musical como organista, pianista, flautista , compositor, maestro, director de coros, orfeones y bandas de música. Calificado en prensa como "el inspirado compositor" porque fue muy conocido y reconocido por dicha faceta, con la particularidad de que era el primero en interpretar, ya sea con la banda u orfeones, sus propias composiciones. Fue discípulo de José Carnicer, Lorenzo Castro, Antonio Licer, Isidro Fernández y José Gómez. El Diario de Pontevedra en 1937 recordaba así su figura: "La extensa biografía que debe hacerse y merecida de nuestro olvidado pontevedrés Felipe Paz Carbajal, autor de meritísimas y numerosas obras musicales que el público inteligente ha aplaudido y que jurados competentes ha galardonado".

En 1868, con 18 años, lo nombran director de la Banda del Hospicio y diez años después, en julio de 1878, fundó a Banda Popular (1878), ambas en Pontevedra. Con ésta última en 1900 nos encontramos con una crónica de hemeroteca en La correspondencia gallega: "De doce a tres de la tarde, la banda de música Popular, tocó frente al palacio del Sr. Marqués de Riestra (en A Caeira), las más escogidas piezas de su repertorio, entre las cuales figuraban el Potpurri que su autor el inspirado compositor gallego D. Felipe Paz Carbajal".

En julio de 1878 fundó la Banda Popular de Pontevedra con la que ganó el primer premio en A Coruña del Certamen de la Sociedad Liceo Brigantino y donó el premio, la Rosa de Oro, a la Virgen Peregrina de Pontevedra. En la prensa de la época se destacaba: "Felipe Paz Carbajal, cuya reputación artística es conocidísima en su patria y aún fuera de ella, por las muchas y muy hermosas composiciones musicales de que es autor inspiradísimo y que han merecido el honor de ser publicadas en los periódico profesionales de importancia y otras se han hecho populares y conocidísimas en Galicia". Preparando a la banda para ese premio, las actuaciones en el palco de La Alameda y en el pase de la Herrería los domingos fueron irregulares por lo que la prensa de la ciudad protestó en varias ocasiones; querían la banda de Paz. Una vez solventado este desencuentro todo volvió a la normalidad, como así lo publicó en una carta a la prensa: "Don Felipe Paz, director de la Banda de aficionados, nos suplica hagamos público su agradecimiento hacia las señoras y caballeros que han contribuido a que dicha banda amenizara los paseos de la Herrería...".

Felipe se quedó viudo muy joven, a los 40 años en 1890, se trasladó a vivir a Noia y lo hizo los primeros años en la Casa de la Música que estaba ubicaba en el convento de San Francisco. En esta ciudad conoció y se casó con su segunda mujer, Carolina Ortíz Costa, con la que tuvo diez hijos; lo cierto es que de los dos matrimonios y otros tuvo un total de 18 hijos.

En 1894 fue nombrado por el cardenal José María Martín Herrera organista de la catedral de Santiago de Compostela. También fue director de la banda de música de Vilagarcía (1892), de Noia (1890), ciudad a la que estuvo muy vinculado y en la que vivió hasta su muerte, y de la de Ponteareas (1912). En 1897 la Banda de Alabarderos, hoy Banda de la Unidad de la Guardia Real de Madrid, estrenó su marcha fúnebre durante el entierro de Antonio Cánovas del Castillo.

En 1908 ocurre un curioso incidente en el que intervino Felipe con un maestro y que la prensa destacaba así: «Un maestro de escuela que abandona la enseñanza por meterse músico». Lo cierto es que abandonaba a sus alumnos en horario lectivo y aparecía en las iglesias para tocar el órgano y cobrar un sobresueldo, cuestión que Paz denunció ante el presidente de la Junta Provincial de Instrucción Primaria. En 1919 fallece su cuñado el dentista y exconcejal pontevedrés Juan Gil Baamonde casado con su hermana Peregrina.

Nos dejó obras como las marchas fúnebres La lágrima, El último adiós, Cortegada una rapsodia de cantos gallegos populares para piano, zarzuelas como La loca, para orfeón Gaitiña Gallega o el vals Mi Saludo para piano, obras que su nieto Sebastián Paz ha donado al Museo de Pontevedra. Nieto que ha dedicado parte de su vida a la recuperación y difusión de la figura de su abuelo. Según su catalogación Paz deja unas 77 obras para banda, 83 composiciones de temática religiosa, 16 para orfeón, 7 misas y 5 villancicos la mayoría de las obras sin editar; una de ellas para piano dedicada al músico pontevedrés Perfecto Feijóo titulada Unha tarde na romaxe y Misa de Requiem y Miserere que dedicó a Andrés Muruáis.

Recibió ofertas fuera de España para dirigir banda y orfeón, en concreto en Argentina, pero decidió seguir trabajando en su querida Galicia como compositor, director y profesor. Felipe Paz Carbajal falleció en Noia (A Coruña) el 15 de noviembre de 1918 de gripe española; primero enfermaron sus hijos, a los que él cuidó antes de fallecer a causa de la misma. Algunos de ellos siguieron en el campo de la música como Felipe, José y Sebastián como organistas, y Antonio como pianista. Su nieto Sebastián Paz Suárez es compositor, escritor y el encargado de trasmitir tu legado y lo recuerda a través de su padre como una persona muy seria y perfeccionista, pero muy cariñoso con sus hijos.

Este año se cumplen cien años de su fallecimiento de su abuelo y, como decía, es triste dejar en el olvido a un personaje tan importante de la historia musical de Galicia que, además, nació en Pontevedra. Esperemos que alguien recoja el testigo.

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