La Festa do Caldo baraja la opción de reinventarse como una cita simbólica

Un comensal, durante la celebración de 2020. DAVID FREIRE
photo_camera Un comensal, durante la celebración de 2020. DAVID FREIRE

La asociación de vecinos O Castro, organizadora de la Festa do Caldo de Mourente, planea una celebración simbólica para la XXX edición del certamen gastronómico. No obstante, tampoco descarta la posibilidad de suspender la cita que, si no hubiese estallado la pandemia, debería celebrarse el 14 de marzo.

"A estas alturas ya deberíamos estar ultimando todos los preparativos. La organización de un evento al que asisten alrededor de 6.000 comensales requiere dedicarle mucho tiempo", explica Santiago Laya, presidente del colectivo vecinal responsable de sacar adelante la única fiesta gastronómica del municipio catalogada "de Interese Turístico Galego".

En todo caso, la celebración de la Festa do Caldo "no será como siempre", reconoce Laya, asumiendo que aunque las restricciones para el control de los contagios por covid-19 se flexibilicen "contaríamos con un número muy limitado de comensales" que haría que el certamen culinario no solo no resultase rentable sino que al reinventarse perdería su carácter de motor turístico.

La junta directiva de O Castro ha mantenido algunas reuniones en las que valoró la posibilidad de suspender por primera vez en sus 30 años de vida el evento gastronómico que se desarrolla en el lugar de Os Areás. Sin embargo, ha decidido que la mejor opción es esperar todo lo posible hasta conocer las limitaciones que estarán en vigor cuando se aproxime la fecha del 14 de marzo. "Si se suspendiese la fiesta sería muy difícil volver a organizarla el próximo año, porque este tipo de certámenes solo sobreviven si tienen continuidad", comenta Laya.

El representante de la entidad organizadora apunta que durante las tres décadas de la cita gastronómica que tiene lugar en Os Areás cada segundo domingo de marzo, "hemos salido de muchos apuros, pero nunca nos habíamos enfrentado a una pandemia que lo ha cambiado todo". Al mismo tiempo, reconoce que "sería una pena que después de tanto esfuerzo para sacar adelante la Festa do Caldo tuviéramos que vernos obligado a suspenderla, pero lo primero es proteger la salud de los miles de comensales que año tras año acuden a degustar el plato típico gallego", entre quienes se encuentran muchas personas de Portugal (ya viene siendo tradición la participación de grupos folclóricos del país vecino).

Comentarios