Opinión

Fin de una historia

SIEMPRE SE HA HABLADO del poder evocador de la música para poner en orden en la cabeza recuerdos pasados y recientes e incluso para prever lo que puede venir. Estaba escuchando, por eso que llamamos nostalgia, la canción del mítico grupo The Doors titulada ‘The end’, en la que el líder de esta banda estadounidense, Jim Morrison, se despide de todo proclamando que ha llegado el fin. Fue en ese momento cuando el hipocampo de mi cerebro se activó para mostrarme como presente, pero también como pretérito, todo lo relacionado con el caso Aqualia y la comisión municipal que lleva nueve meses investigando el grado de cumplimiento del contrato por parte de esta empresa adjudicataria del servicio de abastecimiento de agua de Monforte.

A estas alturas, todos saben que el Concello no hizo nada para poner en cintura a Aqualia


Sí, es el fin, pues creo que todo está meridianamente claro sobre este asunto, a pesar de que la comisión política no haya llegado a una conclusión final.


Ya está bien de marear la perdiz y toca hablar claramente tanto de los incumplimientos de Aqualia como de la dejadez del equipo de gobierno monfortino, el del BNG de Severino Rodríguez, que en los últimos doce años no realizó absolutamente nada para exigirle a esta firma que ejecutase lo comprometido en el contrato firmado en el 2001 con el regidor popular Nazario Pin.


Sí, es el fin de una historia que de continuar, como exige con fruición el Partido Popular monfortino, no deparará nada más, nada novedoso sobre lo que sabemos ahora y que no es otra cosa que haberse llevado a cabo una política de dejarle hacer a la concesionaria lo que le vino en gana. Todo con el beneplácito de populares y socialistas, los partidos de la oposición municipal, que a lo largo de al menos la última década se taparon los ojos, los oídos y la boca para no tocar un tema que no nos quedaríamos cortos si lo calificásemos de espinoso.


Comparecencias de exfuncionarios y trabajadores municipales se sucedieron desde el mes de julio del pasado año para decir lo que intuíamos desde el primer momento, todo por darle vida al circo que siempre son y serán las comisiones investigadoras de cualquier administración pública.


Es el fin. Sabemos que el gobierno local metió la pata y no la sacó de la ciénaga durante doce años, pues de lo contrario no sería entendible que ahora, hace una semana y después de, perdonen que insista, doce años, la primera teniente de alcalde monfortina, María Xosé Vega Buján, se presentase ante los medios de comunicación anunciando toda ufana ella, que se le reclamarán más de cuatro millones de euros a Aqualia por incumplimiento de contrato.

Los nacionalistas dicen que Aqualia nunca les entregó las cuentas debidamente auditadas para comprobar si había un desequilibrio económico en la concesión


También ahora, después de doce años al frente de la segunda ciudad de la provincia, los nacionalistas dicen que Aqualia nunca les entregó las cuentas debidamente auditadas para comprobar si había un desequilibrio económico en la concesión, como denuncia la empresa. Se acuerdan ahora de este pequeño detalle, justo cuando finaliza un mandato que también cierra un ciclo con la marcha de Severino Rodríguez, quien no optará a una cuarta temporada al frente del consistorio monfortino por eso del fin de un ciclo, o al menos es lo que dice.


Es el momento, tras todo fin, de saber que herencia queda. Pues nada más y nada menos que un contencioso con Aqualia de esos que no desearían ni las familias peor avenidas, pero también otro del tipo de "atiende tú esa sartén que parece que se quema lo que se cocina, que yo salgo un momento a por tabaco". Para los que no hayan entendido esto último, les diré que me refiero a la piscina climatizada municipal. Severino Rodríguez lleva seis meses intentando paralizar su cierre. Lo ha hecho bien para impedir que pasasen el cerrojo en estas instalaciones, con el ánimo de que la cosa se prolongue hasta el momento en el que le toque irse para su casa y dejarle esta patata caliente al que asuma la alcaldía, que iniciará su mandato con la necesidad de cerrar la piscina y sacarla a concurso.

En Taboada están preocupados por vertidos de purín

En el municipio de Taboada están preocupados por el vertido de purines en una amplia superficie de terreno. El usuario del suelo es el mismo que esparce los residuos de sus granjas y asegura que tiene todos los permisos en regla, por lo que no habría delito alguno. El vecindario, independientemente de que disponga de las debidas autorizaciones, dice que se puede llegar a contaminar el agua de un río cercano de donde, además, se coge para la red de abastecimiento. Aquí es donde debería entrar el Ayuntamiento, interesarse por esta preocupante circunstancia, pues hablamos de salud pública.

Estamos comentando un hecho puntual, no como años atrás, cuando cada poco saltaban las alarmas por los vertido de lodos procedentes de depuradoras de aguas residuales, muchas veces para deshacerse de ellos, no para abonar el terreno, llenando el subsuelo de materiales pesados que iban mezclados en esos lodos altamente corrosivos.

El mercadillo de Monforte tendrá que esperar

Comenzó como un mercadillo en el que un puñado de personas vendían artículos de segunda mano y alguna, por así llamarla, antigüedad y acabó convirtiéndose en una feria, en un cajón de sastre, y eso no gustó a los munícipes monfortinos. Lo han clausurado con la disculpa de que se inician los trabajos de instalación de una pérgola que dará continuidad a otra ya colocada en el parque de Os Condes, lugar en el que se montaba todos los domingos el mercadillo, pero la verdad es que el gobierno local no sabe qué hacer, cómo regularlo.


Algunas de las personas que acudían a esta cita como vendedores han montado una asociación con el fin de volver a poner en marcha el mercadillo. Dicen que no saben nada sobre las intenciones del Ayuntamiento, que desconocen cuándo estará lista la anunciada ordenanza que regulará la actividad. Les aconsejaría que se armasen de paciencia, pues la cosa, visto otros asuntos incluso de mayor calado, va para largo.

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