Forcarei inmortaliza a Chano Piñeiro, pionero del cine en idioma gallego

Sempre Xonxa fue la obra cumbre del cineasta que puso por primera vez a Galicia en el mapa internacional del séptimo arte
La asociación 'Somos Ponte Caldelas' rindió un homenaje al cineasta hace dos años. DP
photo_camera La asociación 'Somos Ponte Caldelas' rindió un homenaje al cineasta hace dos años. DP

Luciano Manuel Piñeiro Martínez, más conocido por Chano Piñeiro, fue uno de los personajes más populares de Galicia en el último tercio del siglo XX. El impulso que le dio al cine en nuestra comunidad autónoma, además utilizando el idioma gallego, le convirtió en un referente para el resto de cineastas que fueron surgiendo posteriormente y que lograron situar al audiovisual de Galicia al nivel de los mejores de España.

Desde su muerte ha recibido numerosos homenajes en diferentes localidades gallegas, como queda reflejado en el callejero de ciudades como Vigo. Pero es en su Forcarei natal donde su huella se hace más visible. Cuenta con una calle y un instituto que llevan su nombre. Ahora el Concello quiere inmortalizar al cineasta con una escultura-homenaje en piedra que realizarán en la prestigiosa Escola de Canteiros de la Deputación Provincial de Pontevedra. Con ella se pretende recordar a vecinos y visitantes los orígenes de este artista y su filmografía.

En 2020 se cumplen 25 años del fallecimiento de Chano Piñeiro. DPChano Piñeiro fue un director autodidacta que desarrolló sus primeros trabajos en Súper-8 durante la intensa década de los 70. En 1977 estrenaba su filmografía con el título Os páxaros morren no aire. Un año después regresaba a las pantallas con Eu, o tolo. 

En la siguiente década utilizó el formato de 35 mm para realizar el cortometraje Mamasunción. Esta obra que vio la luz en 1984 le catapultó a la fama tras ganar numerosos premios y reconocimientos nacionales e internacionales. En Galicia se convirtió en un icono del cine costumbrista. Dos años más tarde se estrenaría Esperanza, la antesala de la que sería su obra maestra.

Fue en 1989 cuando las salas proyectaron el único largometraje de su carrera: Sempre Xonxa. Una obra que habla de la emigración y sus consecuencias emocionales. Su parto fue costoso, durando año y medio debido a las dificultades económicas y técnicas con las que se encontró. Sin ayuda del Ministerio de Cultura, contó finalmente con el apoyo de la Consellería de Cultura y la Deputación de Pontevedra.

Tuvo gran éxito en Galicia y pasó desapercibida en el resto de España. Sin embargo, recibió algunos premios a nivel internacional y alcanzó cierto recorrido. Entre su elenco destaca la protagonista, Uxia Blanco, pero también la participación de actrices de la talla de Aurora Redondo y Loles León.

Era el primer film que se rodaba integramente en Galicia y totalmente en idioma gallego. Comparte ese honor del inicio de la ficción gallega en formato de película con otras producciones de ese mismo año como Urxa, de Carlos Piñeiro y Alfredo García Pinal, y Continental, de Xavier Villaverde.

Todavía quedaba una obra más por entregar al público, O camiño das estrelas. Fue en 1993, dos años antes de su muerte víctima de la enfermedad de Crohn. Su estado de salud y su físico fueron empeorando, falleciendo a la corta edad de 40 años en Vigo. Su aportación al cine gallego ya le había convertido en un símbolo para todos aquellos que querían dedicarse al séptimo arte sin renunciar a sus raíces y su idioma.

Con el paso del tiempo surgieron muchos cineastas que obtuvieron éxito, aunque para llegar a grandes cotas internacionales tuvieron que apostar por productos menos relacionados con la tierra gallega. Un ejemplo es Rodrigo Cortés, ourensano del Concello de Pazos Hermos. Ha destacado en este nuevo siglo con varios trabajos de importante repercusión mundial como Buried, con buenas críticas de medios muy relevantes como The New York Times, o Red Lights, protagonizada por estrellas del celuloide como Sigourney Weaver, Robert De Niro y Cillian Murphy.

Pero el último gran éxito del cine gallego vino de la mano de Óliver Laxe. Nacido en París al ser hijo de emigrantes gallegos, se instaló en la tierra natal de sus padres cuando tenía 6 años. Luego se trasladó a Barcelona a estudiar cine. Sus dos primeras películas, Todos vós sodes capitáns (2010) y Mimosas (2016), lograron sendos galardones en Cannes.

La cima de la filmografía galaica llega con O que arde, la película más taquillera y más vista de la historia en idioma gallego original. Precisamente, Oliver Laxe batía el récord que hasta ese momento tenía Chano Piñeiro con Sempre Xonxa. Además, este largometraje gana premios en Cannes (Francia) y en otros festivales internacionales de Estados Unidos, China, Serbia, Argentina, Grecia y España. A eso hay que sumarle dos Goyas y varias nominaciones a los mismos.

Seguramente llegarán más logros para el cine gallego, pero Chano Piñeiro siempre estará en la historia como uno de los pioneros del séptimo arte en Galicia.

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