Pontevedra, un futuro en peligro por la baja natalidad

Desde los 70, cuando nacían 16.000 niños de media en la provincia, la caída ha sido del 60 por ciento

Tras diez años de descenso constante, los nacimientos aumentaron ligeramente en 2017. CHRISTIAN FERNÁNDEZ
photo_camera Tras diez años de descenso constante, los nacimientos aumentaron ligeramente en 2017. CHRISTIAN FERNÁNDEZ

Que la baja natalidad es un problema acuciante en Galicia y en todo el país es algo que no es nuevo para casi nadie. "Os científicos, demógrafos e estudosos veñen advertindo disto dende fai décadas", asegura el sociólgo y profesor de la Universidade de Vigo Xesús Lage. Aunque esta sangría demográfica empezó en los años 80, cuando el número de nacimientos pasó de los 16.000 de media de la década anterior a los 9.558 de 1985, la tendencia ha continuado en descenso y solo entre 2006 y 2015 la bajada ha sido del 15,5%, al haber pasado de 8.325 a 7.032.

En 2017 la provincia perdió 2.485 habitantes, cuando en 2008 había aumentado en 548

Los nacidos en esos años son justamente los que a día de hoy se encuentran cursando estudios de Educación Infantil y Primaria, pues tienen entre tres y doce años. Esta falta de nacimientos se ve reflejada en las aulas y cada año la Consellería de Educación se ve obligada a cerrar unidades docentes y escuelas unitarias, ya que la sangría demográfica es aún mayor en las zonas rurales.

El próximo curso, pese a que no se ha cerrado ningún centro de este tipo, la provincia contará con 38 clases menos, al suprimirse 42, crearse tres y habilitarse otra. En total, en la última década se ha clausurado más de una veintena de escuelas unitarias en la provincia

Pese a las continuas campañas llevadas a cabo en los últimos años por parte de la Xunta para sensibilizar a los gallegos de la importancia de aumentar la natalidad, la curva de la misma sigue sin ser positiva y los nacimientos aumentaron por primera vez, después de diez años de descenso constante, en 2017. Pero lo hicieron en números muy bajos: nacieron 62 niños más que en 2016 en toda la provincia, siendo la única de Galicia con un saldo positivo.

Sin embargo, la realidad es que la población gallega está cada vez más envejecida, cuenta con menos jóvenes cada año que pasa y el saldo vegetativo de Pontevedra (la diferencia entre las personas que nacen y las que fallecen) lleva desde hace diez años en cifras negativas cada vez más altas. Sin ir más lejos, en 2017 la provincia perdió 2.485 habitantes, cuando en 2008 había aumentado en 548.

FUTURO. Esta baja natalidad y el progresivo envejecimiento de la población tendrán una gran repercursión en el futuro social y económico gallego, pues influye en un menor consumo, inversión y demanda, en una caída de los precios, en infraestructuras sobredimensionadas, una mano de obra envejecida, problemas financieros y sociales, y una mayor despoblación de las áreas rurales. Y el principal problema es que las previsiones son que este escenario siga sin cambiar e incluso empeore en los próximos años. De hecho, según el informe de proyecciones a corto plazo elaborado por el Instituto Galego de Estatística (IGE), en el año 2031 la provincia tan solo contará con 878.668 menores de 18 años frente a las 948.302 de 2015.

Resulta aún más preocupante la caída que podrían registrar los nacimientos a lo largo de los próximos años

Por otro lado, habrá 257.470 personas que superen la edad de la jubilación frente a las 198.903 de 2015, lo que supone un aumento cercano al 30 por ciento. Es decir, por cada mayor de 65 años habrá solo tres niños, mientras que hace dos años esa cifra se situaba casi en cinco. Además, según las estimaciones del IGE, de ellos, el 34% tendrán más de 80 años, por lo que seguirá aumentando el sobreenvejecimiento de los habitantes de la provincia, un 3% más que hace tres años.

Sin embargo, resulta aún más preocupante la caída que podrían registrar los nacimientos a lo largo de los próximos años, pues este organismo estima que en 2030 solo nacerán 4.210 niños y niñas, lo que supone un descenso del 39% con respecto al dato del pasado año. Además, el saldo vegetativo seguirá creciendo hasta el punto de que la provincia perderá casi 6.000 habitantes en ese mismo año.

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