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Galísiya según los árabes

El reino de Asturias es una invención que los gallegos hemos soportado durante siglos

Entre los siglos VIII y XV, diferentes cronistas e historiadores árabes se ocuparon de Galiza, de su extensión territorial, del carácter del pueblo gallego y de sus hábitos. Ana María Carballeira Debasa escribió un artículo sobre el tema, de los pocos que hay y para mí el mejor, por su concisión y el tono divulgativo que siempre es de agradecer. Por si usted quiere leerlo, que se encuentra libremente en Internet, se titula Sobre el concepto de Galicia y los gallegos en los autores árabes medievales

Es curioso que todos los autores españoles y hasta los gallegos hayan ignorado sistemáticamente esa historiografía, imagino que porque saben que no dice lo que ellos quieren leer, que viene a ser lo mismo que dicen los mapas de los que hablábamos la pasada semana. El reino gallego es referido con diversos topónimos, como Yillíkiya o Galísiya y tal como reflejan todos los mapas de la época, comprende territorios muy extensos, siempre incluyendo al inexistente reino de Asturias, tan cacareado como falso, a buena parte del norte de Portugal, a León y a la actual Castilla la Mancha. 

Es cierto que a medida que avanzan las crónicas y se van acercando a fechas más próximas, se empieza a hablar de León y de Castilla, pero como partes integrantes del reino de Galicia, no al revés. Es decir, que los reyes lo eran en primer lugar de Galicia; luego de Galicia y de León y más tarde de Galicia, de León y de Castilla, en este orden. Cuando los reyes empezaron a interesarse más por el reino de Castilla, por obvias razones de geoestrategia, pues pretendían conquistar el sur de la península, sucede que empieza a perder interés para ellos el reino gallego. Pero ni en esas circunstancias los cronistas árabes dejan de pensar en Galiza como cabeza visible del entramado regio de la cristiandad. De hecho, ésta, en el mejor de los casos, la dividen entre tres pueblos: los francos, los vascos y los gallegos, de quienes alaban su determinación y su fiereza en la batalla, señal, por cierto, de que fueron los pueblos del   norte los que conquistaron (que no reconquistaron) los territorios del centro y del sur de la península.   

Eso no sólo tiene todo el sentido, sino que además es inevitable, pues obviamente no fueron castellanos los que conquistaron Castilla ni andaluces los que conquistaron Andalucía. Por pura lógica, son los pueblos que no habían sido ocupados por musulmanes los que estaban en condiciones de luchar contra ellos. No hay otra.   

Y entre esos pueblos estaba el asturiano, claro, pero como parte del reino de Galicia, no como entidad propia ni soberana. El reino de Asturias es una invención que los gallegos hemos soportado durante siglos, bien por desconocimiento de la realidad histórica, bien porque nos da igual. Yo qué sé. Si supiera los motivos los diría. Es una milonga que nos hemos tragado porque, como ya se ha dicho en otras ocasiones en esta sección, la historia de Galiza nos la escriben en Madrid y el de historiador español es un oficio muy endogámico y corporativisa. Lo ha sido siempre, desde hace siglos. Desde la Edad Media, por ejemplo.   

Fíjese: el ensayo antes citado, el de Ana María Carballeira Debasa, que es investigadora de la Escuela de Estudios Árabes, con sede  en Granada y dependiente  del CSIC, forma parte de un  libro de varios autores titulado Arabes in patria Asturiensum, así, en latín, que suena más imperial. Pues bien, el libro a su vez pertenece a una colección que se llama Asturiensis Regni territorium. Lo que no me explico es cómo se les coló un artículo en el que se niega la existencia de la patria Asturiensum y del Asturienses Regni.   

Volviendo a los cronistas árabes medievales, no veo yo qué interés tendrían en hacer desaparecer al reino de Asturias de sus crónicas, ni de incluir el actual territorio asturiano junto a León y Castilla dentro del reino de Galicia. Ellos escribían lo que sabían y lo que veían cuando comerciaban con nuestros ancestros, cuando hacían razzias de saqueo o cuando las tropas de Almanzor se lleva ron las campanas de la catedral de Compostela. No había reino asturiano por ninguna parte en las crónicas árabes como no lo había en ningún mapa. Ésa es la realidad. Por tanto, si España se empeña en que sus orígenes están en un reino de fantasía, que es lo que es el asturiano, allá ellos. Cada uno es muy libre de reinventar su historia como mejor le parezca. Si ellos quieren llamar reino de Asturias al reino de Galicia o decir que los reyes gallegos eran asturianos porque regían ese reino de ficción, está en su derecho, qué le vamos a hacer, pero otra cosa muy distinta es que los gallegos y las gallegas se la compremos contra toda evidencia documental, antropológica, lógica y arqueológica.

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