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García Rajó y Pontevedra en el s. XVI

Pontevedra vivió uno de sus mejores momentos durante el S. XVI y se acercaban a la ciudad comerciantes y trabajadores. Esta prosperidad propició la construcción de edificaciones como la de los García de Rajó en la zona monumental.

En la Pontevedra del s. XVI ya existía un reloj público en San Bartolomé El Viejo que se estropeaba de vez en cuando: "Que manden aderezar la caja del reloj que se quiere caer y que podía derrocar alguna parte de la iglesia de lo que se seguiria mucho daño...". Se usaban cuchillos y cucharas para comer, muchos pontevedreses se embarcaban en la pesca del bacalao en las lejanas costas de Terranova, y el vino de Ribeiro seguía el curso del Lérez en mulas hasta su desembocadura para la exportación a países como Inglaterra o Alemania. Durante este siglo se construyó, a cargo del Gremio de Mareantes, la iglesia de Santa María en la que fueron enterrados los navegantes Sarmiento de Gamboa, los Nodales o los Matos, y para documentar las transacciones mercantiles estaban los notarios, escribanos y jueces, gracias a los cuales podemos reconstruir esta parte de la historia.

La construcción de la iglesia atrajo a la ciudad a canteiros de diferentes lugares, como los flamencos, portugueses o cántabros. También a los canteiros que labraron el rosetón de la iglesia de San Bartolomé el Viejo, en cuyo atrio e interior se reunía el Concejo, los regidores y alcaldes de la ciudad. La élite de Pontevedra se repartía entre apellidos como Agulla, Barbeito, Montenegro, Falcon, Mariño, Saavedra o Gago, que se casaban entre sí para aumentar y conservar sus privilegios.

En el número 11 de los soportales de la Ferrería existe una casa singular que perteneció a una de las familias más importante del s. XVI, los García Rajó. Un edificio de dos plantas con un gran arco de soportal en el que podemos apreciar en la fachada una peculiar cenefa de piedra con una larga inscripción con letra gótica que dice así: "Esta obra mandou fazer o muito nobre senhor Ares Garcia de Raioo, regidor desta vila. Era de mil e quinhentos e trinta e seis anos".

Fue un apellido familiar originario de San Gregorio de Raxó (Poio) que ya consta en documentos de la primera mitad de s. XV en Pontevedra. El constructor de la casa fue Ares García Rajó (Rajóo, Rajó o Raxoo), que era natural de Pontevedra. Se casó con María do Río y tuvo varios hijos, entre ellos, Antonio García de Rajó, que fundó la antigua Capilla de la Anunciación de San Francisco y cuya inscripción se puede leer hoy en la piedra del templo: "Antonio García de Raáioofundó y dotó esta capilla con obligación de tres misas en casa semana. Año 1590". Su otra hija, Petra (Petrona) García de Rajó, se casó con Domingo Gago Agulla de Figueroa. Entre los descendientes de Ares se encuentra el poderoso arzobispo de Santiago, Bartolomé de Rajoy y Losada.

En 1536 Ares García edificó la casa de los soportales de la Herrería, que después perteneció por matrimonio a los Gago Agulla, una poderosa familia que en ese mismo siglo fundó su propio mayorazgo en la ciudad y, por último, a la familia de Ildefonso Pita Cobián, un conocido médico de Pontevedra. La construcción del inmueble se contrató a Diego Gil, Maestro de obra y afamado canteiro que proyectó tres capillas de la Basílica de Santa María. Gil, originario de Cantabria, vivía en Pontevedra, estaba casado con María Alonso y tuvo una hija, Ynés González, que se casó a su vez con Juan Sánchez. Diego vivió en Pontevedra hasta su muerte, que debió producirse entre 1539 y 1541, y de las tres capillas encargadas en Santa María sólo pudo ver finalizada una.

Ares García, según algunas fuentes, era armador en un siglo en el que la pesca y el comercio rendían enormes beneficios a la ciudad. Los barcos salían de Pontevedra hacia Jerez, a las salinas de Aveiro y Setúbal para importar sal y la actividad a orillas del Lérez era frenética. Los carpinteros de ribera construían pequeños barcos de pesca y cuando se les liberó del pago de la alcabala (impuesto) se construyeron barcos de todo tipo y más grandes (carabelas, bajeles, etc.). Los pontevedreses Sarmiento de Gamboa y los hermanos Nodales hacían importantes descubrimientos marítimos para la Corona española y a la ciudad llegaban canteiros, carpinteros y comerciantes de lugares tan diversos como Países Bajos o Cantabria.

En medio de esta efervescencia económica, Ares García fue un convecino muy destacado que llegó a ser regidor de la Villa. La figura del regidor apareció con Alfonso XI (1312-1350) y se nombraban en las ciudades y villas de realengo, es decir en las que estaban bajo la jurisdicción directa del rey, pero con un número muy limitado de nombramientos. Los regidores fiscalizaban los tributos, trataban temas de justicia menores y dictaban normas del Concello. Así, el 28 de mayo de 1536, era Alcalde Mayor el Licenciado Maldoñado, el alcalde ordinario era Juan de Luaces y los regidores, Pedro de Salvatierra, Gómez Ares, García de Luaces y Pero Fernández. Los alcaldes de Pontevedra en ese momento eran nombrados por el Arzobispado de Santiago, el más desconocido del S.XVI fue D. Diego de Saavedra, un rico mercader de la ciudad que comerciaba con licores y vino.

Ya de regidor, Ares García actuó en 1540 como testigo en la entrega a la iglesia de Santa María de "108 fachas de cera enteras, el paño de cremesí del Santo Sacramento con un sol de brocado e una estola con sus cruces de brocado, otro pano de damasco viejo, la custodia del Santo Sacramento de plata dorada con su caxa. arroba e media de aceite e las varas de los panos. 100 reales de plata que deben al Santo Sacramento, de cera, las cofradías del Corpo Santo y San Miguel".

Y en 1542 fue uno de los encargados de supervisar el presupuesto y cobro de las obras de Santa María: "El Provisor y Vicario de Santiago sede vacante mando librar provisión a pedimiento de Diego de Saavedra como curador de Inés González única hija del maestro Diego Gill, para que Gregorio Núñez, procurador y mayordomo de la obra nueva de Santa María, y Ares García de Rajó y Alvaro Neto y otros se juntasen dentro de cierto término a hacer la cuenta que entre ellos había sobre levantar la nave de la Iglesia, y hecha se les pagase".

Por suerte, la inscripción y parte de la fachada ha resistido el paso del tiempo y hoy forma parte de la Pontevedra monumental. Mi agradecimiento al establecimiento Don Zapato desde donde he podido hacer las fotos de la inscripción de la casa de Ares García Rajó para comprobar el texto.

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