Opinión

Girando van

GIRA QUE TE GIRA hasta que la verja se abra. Las eufemísticas puertas giratorias son de más enjundia y calado que cualquier gordo para quienes consiguen atornillar la bicoca de un consejo de administración; políticos en retirada o altos cargos suertudos que pasaban por allí. Los exministros socialistas José Blanco y José Montilla son esta vez los irrigados por Enagas, líder internacional en infraestructuras de gas natural, a la vez que el activista de Podemos Cristóbal Gallego, fundador del Observatorio Crítico de la Energía, que como tal suscribió en 2018 el desfavorable manifiesto Gas no es solución, todos con el sustancioso momio de 160.000 euros anuales, que viene a ser el doble, arriba o abajo, de lo que percibe el presidente del Gobierno. Recordando cómo los podemitas embistieron antes de tocar poder y ser casta, con cinismo y demagogia, contra las puertas giratorias, a más de uno le sorprenderá que giren y contorneen ahora, sin rubor ni pedir perdón. No es ninguna sorpresa. En su paripé, los dirigentes de Podemos, más que simular reprobarlo, en realidad solo rabiaban por su exclusión de la ralea de agraciados, chance que se le negaba al considerárseles un hato de impostores; nadie contaba con ellos. Ahora la pelota cayó en su tejado, lo que les permite no perderse ni un solo giro de la breva.

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