Revenga: "El Gobierno local 'progresista' tiene abandonados los servicios sociales"

El portavoz de Ciudadanos en el Concello, dice que el Gobierno funciona "a impulsos"
Goyo Revenga. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
photo_camera Goyo Revenga. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

"ESTOY SATISFECHO de lo mucho que estoy aprendiendo todos los días", asegura el concejal de Ciudadanos, Goyo Revenga, sobre la labor que viene desempeñando desde la oposición en el Concello tras las elecciones del 26M.

¿Qué balance realiza de la labor del Gobierno municipal en los meses que han transcurrido desde las elecciones municipales y del pacto de Gobierno entre el BNG y el PSOE?

Fue un pacto rápido, de interés. Aún estoy tratando de saber qué tipo de Gobierno municipal tenemos, si es de coalición, de colaboración, de cohabitación o si son dos gobiernos. Tengo la impresión de que son dos gobiernos en uno, los de BNG y PSOE, donde cada uno de ellos va por libre.

¿En qué basa esta suposición?

Una prueba de que el Gobierno municipal no está bien engrasado es que cuando está a punto de finalizar 2019 aún no me han pasado el borrador de Presupuestos de 2020. El año pasado, cuando el BNG gobernaba en solitario, plantó los Presupuestos en el mes de noviembre —que contaron con la abstención de En Marea y PSOE— y se aprobaron en diciembre. A lo mejor es que el concejal de Economía e Facenda, Raimundo González, estará repartiendo los cuartos. De todos modos, me parece que lo que opine la oposición sobre los Presupuestos se lo trae al pairo al Gobierno local.

¿Cómo está viendo el papel de la oposición?

Tengo muy claro el tipo de oposición que quiero hacer. No me duelen prendas para valorar lo que el Gobierno municipal hace bien y criticar lo que considero que no hace bien, pero siempre desde un punto de vista constructivo, tratando de aportar soluciones. Me estoy encontrando con que el Gobierno local considera que las soluciones que aporto no valen para nada, ninguneando y callando la voz de la oposición.

¿Cuál va a ser su labor el próximo año?

Tratar de valorar lo que está bien y aportar propuestas para intentar mejorar la ciudad en beneficio de todos los pontevedreses, que es lo único que pretendo.

¿Sigue teniendo puntos débiles esta ciudad?

Tiene muchos puntos débiles, entre ellos la falta de aparcamientos disuasorios —además, los que hay de pago resultan insuficientes—, la carencia de un transporte público que conecte las parroquias con el casco urbano y la ausencia de un Plan de Ordenación Urbana que permita saber hacia qué tipo de ciudad queremos ir. El actual Plan está obsoleto y está funcionando a base de remiendos con los que el Gobierno municipal se siente muy cómodo. Pontevedra tiene también un caos de tráfico por una mala planificación, debido a que el Gobierno municipal funciona a impulsos. Cuando se realiza una reforma viaria para beneficiar la movilidad peatonal primero habrá que estudiar los flujos de tráfico. Tengo la sensación de que cuando se hacen obras en esta ciudad primero se pone la venda y luego se ve dónde está la herida, una forma de funcionar que, cuanto menos, resulta curiosa. La ciudad está menguando económicamente y el comercio se está cerrando. Las empresas tampoco se instalan en Pontevedra porque no hay seguridad jurídica ni suelo industrial bien conectado. Aún estamos en el primer tramo de la A-57 cuando ya llevamos 22 años con este proyecto y, además, para salir de Pontevedra hacia A Coruña o Vigo toca pasar por la caja de la Autopista.

¿Considera que los servicios sociales están siendo tratados debidamente por el Concello?

El terreno de los servicios sociales —que junto con todo lo relacionado con el medio ambiente es una de mis mayores preocupaciones— es una de las asignaturas pendientes del actual Gobierno local. Estoy estudiando las carencias que tienen los servicios sociales en Pontevedra —como la atención a las personas mayores y a los drogodependientes— porque es uno de los grandes temas olvidados por este Gobierno que se autodenomina progresista. Aunque queda mucho por mejorar, quizás con pequeñas actuaciones se pueda lograr más calidad de vida para las personas.

Ha dicho ahora mismo que el Gobierno local se mueve por impulsos. ¿A qué se refiere?

A que, aunque tiene claro el modelo de ciudad que quiere –muy centrado en la movilidad peatonal, retirando los coches de las calles–, no ha estudiado ni tiene en cuenta las consecuencias que acarrea. En el caso del tráfico, todo el flujo que entra en la ciudad confluye en las rotondas de Eduardo Pondal y del puente de los Tirantes, sin escapatoria posible.

¿Sigue apreciando en el grupo de Gobierno del BNG el cansancio y el desgaste al que hizo alusión cuando fue elegido concejal?

El BNG se asentó en un terreno de confortabilidad. Tino Fernández (portavoz del grupo municipal del PSOE) quería entrar en el Gobierno. El pacto fue rápido y ahora les quedan por delante cuatro años de confort.