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Golpe de timón

SI HACE unas semanas Miguel Anxo Fernández Lores anunciaba, para sorpresa y disgusto de la oposición, que se presentaría a la reelección en 2019, este jueves el alcalde daba un nuevo golpe de efecto remodelando el Gobierno local para tomar impulso y afrontar con ánimos renovados los dos años que restan de mandato.

Justificaba Lores los principales cambios por la cada vez mayor dedicación de César Mosquera a la Deputación y el mayor protagonismo de Luís Bará dentro del grupo parlamentario del BNG. Lores mantiene a su núcleo de confianza, a la conocida vieja guardia, que le viene acompañando desde el 95, y refuerza la figura de Carme da Silva, con la que lleva trabajando codo con codo desde entonces, y la ya primera teniente de alcalde suma a sus competencias la coordinación del grupo municipal del BNG y las de dinamización sociocultural.

Pese a todo, llama la atención que Anxos Riveiro pierda Cultura, que ahora se disgrega y la gestión del Pazo da Cultura y el Teatro Principal pasa a manos de Carmen Fouces, que cede a la anterior Servizos Sociais.

Se dice que se resuelve así un cierto anacronismo o, lo que es lo mismo, se repara un error anterior, al entender que Educación y Cultura deben depender de una misma persona.

Además de Carme da Silva y Carmen Fouces, los que también ganan mayor protagonismo y visibilidad son Anabel Gulías, que asume parte de las competencias de Bará (Urbanismo y Centro Histórico), y Demetrio Gómez, que pasa a dirigir el departamento de Obras, mientras que Xuventude pasa a Alberto Oubiña.

La noticia de los cambios en Servizos Sociais fue bien acogida por el portavoz de Marea Pontevedra, Luís Rei, que alabó la capacidad de trabajo de Anxos Riveiro, con la que ahora tendrá que negociar la puesta en marcha de la Renda Social, compromiso que asumió el BNG para que fuesen aprobadas las cuentas municipales para este año, aunque, antes de los halagos, Rei aclaraba que el modelo está agotado.

Lo que sí parece claro tras escuchar al alcalde es que el BNG seguirá gobernando en solitario, buscando acuerdos puntuales, sobre todo después de fracasar la negociación con Marea, porque, según confesó Lores, la confluencia tampoco quiso ir más allá.

De una u otra forma, las dos formaciones están condenadas a entenderse para evitar la pará- lisis del Concello en los próximos dos años, toda vez que en el BNG dan por cerrada cualquier posibilidad de acercamiento al PSOE.

La reestructuración del Gobierno local se produce semanas después de la asamblea del BNG en la que los nacionalistas eligieron una nueva dirección, con Ana Pontón al frente y en la que tanto Carme da Silva como Luís Bará asumieron nuevas responsabilidades, y días después de que Demetrio Gómez fuese elegido secretario comarcal de la formación nacionalista en Pontevedra.

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