Never say never again. Hubo un tiempo, allá al comienzo de los años setenta, que el recientemente finado Sean Connery dio por finiquitado, de forma radical dijo, su larga etapa en la serie de películas que interpretó al inmortal personaje que a sí mismo se presentaba como my name is Bond, James Bond.
Pasados los años, con un buen recorrido del actor escocés al frente de notables y numerosas películas, una mala racha le obligó, ya con un bisoñé para tapar su ya pelado cráneo, a escuchar las ofertas, tentadoras, para recuperar el traje de etiqueta, la pajarita, su entrada en el casino de Montecarlo y su imprescindible Dry Martini, y volver a interpretar a Bond. En ese momento, la esposa de Connery dijo una frase ya mítica y que sirvió para ayudar la que, esta vez sí, fue su última película como Bond: "Nunca digas nunca jamás". 
Never say never again, parafraseó este jueves Neymar desde la rueda de prensa de Old Trafford al hablar de un futuro al lado de uno de sus mejores amigos, Leo Messi. "Lo que más quiero es volver a jugar con Messi", dijo el brasileño, que de inmediato hizo elucubrar a periodistas y aficionados del mundo entero.
Pese a su deseo, lo de Neymar solo fue un brindis al sol. La gran estrella del PSG sabe que él no va a salir de su celda de oro ni Messi piense, a sus 33 años, en acabar con su confortable vida en Barcelona. Pero, como dijo la mujer de Connery, never say never again.
