Carmen Abeledo | Ex Cordinadora de Enfermería del Centro de Salud de A Parda

"Se han modernizado cosas, pero en contratos estamos igual que hace 40 años"

Hija de un enfermero y de una maestra, Abeledo ha sabido conjugar Enfemería y docencia en sus más de 40 años de trayectoria profesional. Los talleres de pacientes de AParda son obra suya, así como el reconocido ‘Pasominuto’ y multitud de proyectos destinados a la prevención

Carmen Abeledo. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
photo_camera Carmen Abeledo. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

El centro de salud de A Parda se ha quedado sin una pieza con difícil recambio. La hasta ahora coordinadora de Enfermería, María del Carmen Abeledo Márquez, se ha jubilado tras más de 40 años dando el callo en buena parte de las infraestructuras sanitarias del municipio. Y con ella se ha ido el motor de la mayor parte de los obradoiros impulsados en los últimos años para vigilar la dieta, manejar la menopausia o ganar el puso el tabaquismo. Nació en Pontevedra el 11 de abril de 1954 y acepta gustosamente la etiqueta de PTV. La enfermería ha formado parte de su vida desde sus inicios y lo cierto es que siempre se ha desvivido por conocerla y darla a conocer. Hablar de Carmen es hablar de promoción de hábitos de vida saludables que, en muchas ocasiones, han sido reconocidos por profesionales de su campo y otras áreas. Hasta la Policía Local se ha rendido a sus pies. El ‘Pasominuto’ fue su creación más internacional. Su callejero minutado es una guía para mantenerse activo recorriendo la ciudad. No en vano sus compañeros de trabajo la propusieron como candidata a la última edición de los Premios Cidade de Pontevedra.

¿Por qué decidió ser enfermera?
Mi padre era enfermero y es una profesión que siempre me atrajo. Además, desde niña fui una defensora de las causas perdidas y normalmente empatizo bien con la gente, algo muy importante para nuestro trabajo. Por otro lado, mi madre era maestra, seguramente por eso me gusta enseñar a los demás.

¿Cuándo empezó a ejercer?
Me formé en la Facultad de Medicina de Santiago, porque entonces no había escuelas de enfermería, y empecé a ejercer como enfermera en 1976, en el servicio de Medicina Interna del Hospital de Montecelo. En 1988 accedí al Virxe Peregrina, después fui al centro de salud de Lérez cuando fue inaugurado y luego volví al Peregrina como coordinadora. Al centro de A Parda llegué en 2010. El espacio me gustó mucho, porque vi que allí podía llevar a cabo iniciativas de docencia sobre el autocuidado, y así fue como empecé a hacer los talleres.

Talleres sobre tabaco, diabetes, menopausia, obesidad, actividad física... ¿Son todos obra suya?
Yo igual soy la persona dinamiza dora que propone, pero siempre he contado con la colaboración de mis compañeros médicos, enfermeras, matronas, fisioterapeutas, pediatras... Somos un equipo.

De toda su trayectoria, ¿qué es de lo que se siente más orgullosa?
Que me he estado formando siempre, porque en salud tienes que estar siempre actualizada y, aparte, soy muy curiosa. Me gusta aprender de todo el mundo, de los pacientes, de las alumnas de enfermería y de los cursos que he realizado. Además, me quedo con el cariño de los pacientes. Nadie es imprescindible, pero se agradece que te digan palabras de cariño.

Y también creó el ‘Pasominuto’
Sí, estoy muy orgullosa. Es un proyecto que salió de los pacientes del taller de obesidad. Veía que tenían dudas sobre los pasos que había que dar y fue como surgió la idea. Realmente estoy muy agradecida al Concello, sobre todo a Antón Prieto y Carmen Fouces, que fueron maravillosos conmigo. Y ya cuando me llamó el alcalde para decirme que le darían un premio en Nueva York, fue lo más.

El sindicato de enfermería denuncia que las enfermeras están sobrecargadas de trabajo. ¿Está de acuerdo?
Totalmente. En el centro de salud de A Parda hay enfermeras que tienen a su cargo casi 2.00 cartillas y alguna hasta 2.400. Es una barbaridad porque, además, ahora las áreas no están acotadas. Como consecuencia, puede haber un paciente que viva al lado del ambulatorio Virxe Peregrina, pero que como tiene su médico en A Parda, las enfermeras se tienen que desplazar hasta allí. Es obvio que la norma hay que respetarla, pero es ilógico, porque al fin y al cabo las enfermeras somos las que hacemos más domicilios, unas tres veces por semana. Si el área de atención fuese más pequeña, la asistencia sería más rápida.

El sindicato pide triplicar la ratio de enfermeras por paciente.
Sí. El año pasado conseguimos incorporar a dos, cuando había solicitado cuatro, y en este momento, tal y como están los cupos, harían falta cinco enfermeras más.

Teniendo en cuenta su experiencia, en qué estado se encuentra hoy la sanidad pública.
Está casi igual. Me explico. Cuando empecé éramos pocas enfermeras y mucha carga de trabajo. Entonces no teníamos la historia clínica, que es una herramienta estupenda, pero hace años teníamos que doblar mañana y tarde, había que trabajar en el Hospital y Montecelo, y ahora pasa lo mismo. Hay que doblar turno y supongo que dentro de nada llegará otra vez las propuestas para cubrir también la enfermería hospitalaria. El personal sigue siendo escaso.

¿A qué cree que se debe?
A los contratos basura. Si una compañera se jubila, llega una sustituta que está con contrato con acúmulo de tareas, pero resulta que, como se le acaba, es relevada por otra y posteriormente por otra. Deberían cambiar el sistema y poner a una persona fija mientras no se adjudique esa plaza. La gente está quemada de trabajar un día en Caldas, otro en Portonovo, O Grove... Se han modernizado muchas cosas, pero en contratos estamos igual que hace 40 años. Creo que los sindicatos tienen que luchar más por estos cambios y la Administración también.

¿Y el paciente? ¿Se queja más que antes?
Creo que igual. El que es de quejarse, se queja siempre, y el que es respetuoso saber esperar porque ve que estamos saturados. Lo que sí veo es que la gente joven tiene más información e igual te hace preguntas que a veces ni tú misma sabes contestar.

¿Cómo afronta la jubilación? ¿Con pena o alivio?
Con un poco de todo, pero estoy contenta por haber trabajado más de 43 años en mi trabajo, que siempre me gustó, y muy alegre, porque he llegado a la jubilación con buena salud.

¿Qué hará en su tiempo libre?
Estoy colaborando con la Asociación del Cáncer, impartiendo cursos de actividad física y un poco de relajación. Además, estoy en el Consello da Muller del Concello. Me gusta estar activa

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