Manuel Santos: "He nacido pintor, artista y dibujante"

El Museo Manuel Torres de Marín acogerá hasta el próximo 31 de octubre la última exposición del artista local Manuel Santos, una muestra compuesta por cerca de 40 cuadros en los que a través del realismo, el pintor muestra su pasión por la naturaleza, entre otras cosas, con puestas de sol, bodegones y motivos marineros.
Manuel Santos ante dos de sus obras. BEATRIZ CÍSCAR
photo_camera Manuel Santos ante dos de sus obras. BEATRIZ CÍSCAR

"Es algo innato". Así describe el pintor marinense Manuel Santos su pasión por el arte. Una pasión que comenzó a desarrollar desde bien pequeño en la ferretería de su familia en Bueu, donde el típico papel marrón de envolver se convirtió en sus primeros lienzos. Con el paso del tiempo fueron evolucionando a obras de gran magnitud, como algunas de las expuestas en el Museo Manuel Torres.

Desde el pasado 15 de octubre y hasta el próximo 31 de octubre, el espacio museístico de Marín acoge una exposición de Manuel Santos compuesta por 40 cuadros en los que el artista refleja su alma y algunas de sus pasiones, como la naturaleza, el mar o el campo. Sin embargo, la muestra no está compuesta por una sola temática, sino que Santos abarca un amplio abanico, desde puestas de sol hasta desnudos, pasando por bodegones o escenas familiares.

"Pienso que he nacido pintor, artista y dibujante", expresa Manuel Santos, que cuenta que de pequeño, cuando pintaba sobre el papel marrón de envolver, veía una cara de una persona mayor con arrugas: "Automáticamente tenía que dibujarlo. También hacía muchos autorretratos sobre esos papeles". 

VOCACIÓN. Lo que empezó siendo una inquietud, acabó siendo una vocación totalmente personal, ya que no trascendió al mundo profesional. "Empecé a prepararme para acceder a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, pero la abandoné porque un día mi padre me dijo que si no era un buen pintor acabaría muriéndome de hambre", cuenta el artista, que más adelante acabó formándose en Santiago de Compostela junto a reconocidos artistas gallegos.

Pero la inquietud por el arte va de la mano de la inquietud de viajar por el mundo. Santos la tenía. 

"Estuve viviendo varios meses en París con poco más de 20 años. Me pasé tardes enteras en el Louvre. Quise viajar por el mundo, era mi gran curiosidad junto con la pintura", relata el marinense.

La mayoría de los cuadros que hay aquí no están terminados; me arrimo al marco y siempre les veo algún defecto

Sus numerosos viajes y su amor por el campo y la naturaleza le inspiraron para pintar muchas obras ahora expuestas en el Manuel Torres, pinturas en las que se observa un claro estilo realista: "Soy realista, porque yo vivo en el mundo real. Veo las cosas como son en realidad y las pinto". 

A la hora de hablar de preferencias por sus cuadros, Santos expresa que para él, las pinturas, "son mis hijos, es como si tuviese una familia de 40 hijos", por lo que, como en todas las familias, "hay algunas preferencias. Me encantan los últimos que estoy haciendo por su grandiosidad".

RENOVACIÓN. El artista marinense describe su forma de trabajar como "una renovación continua. Si veo algún defecto tengo que ir a corregirlo. La mayoría de los cuadros que hay aquí para mí no están terminados. Me arrimo al marco y siempre veo algún defecto; nunca están listos". 

Y es que esa manía, dice, "le pasa a muchos pintores", como por ejemplo a Salvador Dalí. "Por ese tipo de cosas me he dado cuenta aún ahora que me parezco un poco a él", indica Santos.

DESPEDIDA. La exposición del Manuel Torres será la última del pintor marinense. "No expondré más porque da mucho trabajo. Cuesta mucho bajar cuadros tan grandes por la escalera", explica apenado, aunque indica que seguirá pintando para él mismo. "Pinto para mí y para mi familia. Aunque mis hijos se pelean por los cuadros, porque no les dejo llevarse ninguno", cuenta.

Como cualquier artista, Santos todavía tiene proyectos pendientes, como el de replicar el cuadro de Rubens Las tres gracias. "Quería replicar esas tres mujeres desnudas, pero con mujeres de hoy, pero me veo imposibilitado por el miedo a la intoxicación con los productos", remata el pintor.

Pinto para mí y para mi familia; mis hijos se pelean por mis cuadros, porque no les dejo llevarse ninguno

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