Opinión

Hermida

LLEGÓ COMO un flash. Un recuerdo escondido en el fondo de miles de vivencias, periodísticas y personales. Pero al filo del mediodía volvió con toda su fuerza. Jesús Hermida, aquel hombre menudo, delgado y vibrante, sentado en una silla de un estudio de Prado del Rey. Fue en Madrid, la ciudad donde estudié la carrera de Periodismo y en la que ocasionalmente tenía la fortuna de coincidir con profesionales de prestigio, unas veces, y simplemente famosos, muchas más. Aquel día, durante unas horas pude contemplar en vivo y en directo cómo trabajaba Jesús Hermida. Su flequillo, su movimiento de cabeza, su énfasis al hablar, y su temperamento. Era un miura del periodismo. Y eso se apreciaba perfectamente desde la barrera. No recuerdo cómo se llamaba el programa, pero sí que fue en TVE y por la noche. Poco más, pero todos aquellos que amamos el periodismo reconocemos en Hermida al muchacho que desde Huelva nos llevó a la Luna. Y un buen día también decidió acompañarnos con sus chicas, mujeres que hoy tienen voz y voto en la profesión: María Teresa Campos, Nieves Herrero, Mariló Montero... ¿Les suenan?

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