Hubo luces, pero más sombras

Los problemas en la delantera, las lesiones y la irregularidad de algunos jugadores marcaron la temporada granate

Luismi defendido por Goldar en la última sesión del curso. DAVID FREIRE
photo_camera Luismi defendido por Goldar en la última sesión del curso. DAVID FREIRE

El año de la plantilla granateLa plantilla del Pontevedra se despidió este miércoles de los entrenamientos con una sesión marcada por el buen humor y el ambiente distentido. El grueso de componentes de la primera plantilla se vistió de corto en el campo de Pasarón para participar en un entrenamiento en el que también estuvieron los miembros del cuerpo técnico y el director deportivo, Roberto Feáns.

Como sucede todos los años, Álex Fernández demostró sus habilidades bajo palos y Edu sobre el césped. Los deportistas hicieron bromas de todo tipo sobre el rectángulo de juego en una jornada festiva, previa al inicio de las negociaciones que se llevarán a cabo la próxima semana.

La jornada pone fin a una campaña con muchas luces y sombras en el apartado colectivo y en aspectos individuales. Y es que la escuadra granate tenía ante sí el objetivo de clasificarse nuevamente para el play-off de ascenso y acabó teniendo que conformarse con la permanencia en la última jornada.

El once de Pasarón pagó, sobre todo, los problemas en la punta de ataque desde el principio. Ninguno de los delanteros que ha estado en el equipo ha respondido a las expectativas generadas, excepto Eder, llegado el último día del mercado invernal y autor de goles relevantes en el tramo final de la temporada.

Tampoco la defensa estuvo al nivel aguardado. Reformada en enero, la aparición de Darío Flores y Nacho López le hizo experimentar una clara mejoría con virtudes que sus antecesores no habían demostrado.

Casi todos los componentes de la plantilla mostraron altibajos durante el ejercicio, algunos achacables al cambio de entrenador y estilo de juego, otros por las lesiones y otros por su momento de forma y la situación que atravesaba el equipo.

Dos hombres fueron ajenos a todo eso: Edu Sousa y Álex González. El portero dio muchos puntos al equipo granate y el extremo cántabro dio un paso al frente, sostuvo al equipo en la primera vuelta junto a Añón y fue vital en la segunda.

Fue el delantero coruñés una de las víctimas de la inconstancia. Más allá de los diez goles que logró, su primera vuelta fue de matrícula de honor. Sus problemas de pubis le pasaron factura y la segunda mitad del curso estuvo lejos de la inicial. Los problemas físicos también lastraron a hombres como Jimmy, del que se aguardaba mucho y nunca alcanzó su mejor nivel.

En la segunda mitad del curso, tres elementos fueron claves para entender la permanencia granate: los ya mencionados fichajes de Nacho, Darío y Eder, la aparición de algunos elementos de la vieja guardia hasta entonces con un rol secundario, como Álex Fernández y Mouriño, y el aire fresco aportado por los jóvenes: los canteranos y David Castro, que colaboraron con un buen rendimiento y una actitud encomiable. En ese mismo sentido, Anxo merece una mención especial por su actitud excelente desde la suplencia.

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