La huelga de ambulancias agrava el colapso de Urxencias

Los responsables del transporte urgente y programado inician otra semana de paro

Protesta de los trabajadores de ambulancias en la entrada de Urxencias de Montecelo. DAVID FREIRE
photo_camera Protesta de los trabajadores de ambulancias en la entrada de Urxencias de Montecelo. DAVID FREIRE

El "caos" volvió a reinar este lunes en el servicio de Urxencias de Montecelo, según denunciaron a este periódico trabajadores del Complexo Hospitalario Universitario de Pontevedra (CHOP).

El volumen de pacientes fue elevado y, además, coincidió en tiempo con la celebración de una nueva semana de huelga por parte de los trabajadores de ambulancias. La Consellería de Sanidade decretó unos servicios mínimos del 100% para los casos urgentes, pero no así para los transportes programados, en los que sí se hizo notar el parón. Como consecuencia, la evacuación y desplazamiento de los pacientes sufrió importantes retrasos, agravando el colapso del servicio de Urxencias.

Según han denunciado trabajadores y sindicatos, el plan de contingencia de la gripe confeccionado este año por el Complejo Hospitalario tampoco ha resultado efectivo para aligerar el ritmo en los boxes y los ingresos. Una vez más los pacientes se ven abocados a esperar en los pasillos a que llegue su turno de asistencia o de traslado a la correspondiente planta hospitalaria.

En el caso de la CIG, sus portavoces han criticado con especial dureza el hecho de que se sigan reservando camas para las peonadas, el nombre con el que se designa a las operaciones quirúrgicas que se realizan en horario de tarde y, habitualmente, en horas extra (por las que el personal médico recibe una retribución mayor).

Pese a todo, los propios responsables del CHOP ya advertían a principio de la temporada que las características físicas de las Urxencias dificultan una solución real hasta la construcción del Gran Montecelo. En su opinión, el área reservada para emergencias es demasiado pequeña.

Salvo cambios, la huelga de ambulancias se mantendrá toda la semana y, si no hay acuerdo con la patronal, se convertirá en indefinida a partir del día 20. Los trabajadores demandan un nuevo convenio que sustituya al actual acuerdo, que lleva tres años caducado.

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