EN EL NUEVO Gobierno brasileño que preside J. Bolsonaro, la cartera de Educación fue asignada al Ministro Ricardo Vélez Rodríguez, al parecer por recomendación de Olavo Carvalho, gurú de Bolsonaro.
Según hemos podido leer recientemente en medios de prensa europeos, Bolsonaro se pronunció a favor de destituir a todos los profesores ajenos a la ideología del Gobierno y también, a funcionarios de ideología comunista. Noticias como estas nos podrían sonar a ridículas bromas de dudoso gusto pero lo trágico y espeluznante sucede cuando los hechos de van conformando en una realidad irrefutable que no admite dudas y la situación que se avecina amenaza con resultar demoledora.
El periodista Ascanio Seleme señalaba en el Diario brasileño O Globo que el criterio "ideológico" será determinante para conceder becas de estudios en el exterior. Si nos atenemos a la información difundida por DCM, en el Ministerio de Educación se están estudiando nuevos criterios para conceder becas de estudios para postgrado y doctorado en el exterior, siendo el criterio ideológico cuestión eliminatoria, de tal forma que quién no lo pase no avanzará en los trámites. Ese mismo criterio puede llevar a la suspensión de becas ya concedidas a los alumnos que ahora están "en plena actividad", cuestionándose en este momento únicamente la forma de poder llevarlo a cabo soslayando los contratos establecidos.
Por si estos síntomas no fuesen suficientes, las actitudes y declaraciones de Damares Alves, Ministra de Mujer, Familia y Derechos Humanos del actual Gobierno brasileño, tampoco tienen desperdicio, tanto en lo relativo a la mujer y a la familia como cuando se mete en el terreno de la educación. Esta mujer no se limita a decir que "los niños vestirán de azul y las niñas de rosa" sino que varios de los contenidos de sus videos difundidos en Internet, preocupan seriamente a los docentes debido a las afirmaciones que en ellos hace.
Precisamente por los menajes que la Sra. Alves está difundiendo, la poeta y profesora de Lengua Portuguesa y Literatura del Estado de Santa Catarina, Marcia Friggi, le ha dirigido una carta en la que le recrimina sus palabras en distintos foros con respecto a la enseñanza y le exige un análisis serio a la vez que pide respuestas de por qué la Ministra utiliza incluso los púlpitos de las iglesias para denigrar el trabajo de los profesores, responsabilizándolos de los problemas de la actual generación y del país y tratándolos como "agentes de perversión" y "adoctrinamiento", acusándolos incluso de instar a los alumnos en algunos programas docentes a mantener relaciones sexuales con animales.
Señala Marcia Friggi que los ataques de la Ministra Alves están siendo focalizados en la educación y el magisterio brasileño para poner a la sociedad en su contra y eso, dice, no es un foco inocente sino estratégico.
La educación en Brasil contó con la inspiración en la escuela de Paulo Freire, educador, pedagogo y filósofo brasileño de reconocido prestigio en el ámbito educativo dentro y fuera del país. Por tratarse de un método que propone una nueva forma de relación entre los sujetos sociales y entre el educador y el alumno, está claro que no será el método que el actual Gobierno brasileño elegirá para implementar en sus aulas porque los principios de este pedagogo, que sigue siendo popular entre los educadores del mundo entero, son uno de los fundamentos de la pedagogía crítica y eso, no es precisamente lo que persigue el sistema que promueve y representa Bolsonaro.
Alexandre García dice que profesor se nace y no precisamente se elige esa tarea porque represente un gran salario pues raramente están bien pagados y desde luego, no como se merecen porque el profesor es el verdadero constructor del futuro del país; es el que hace un país con conocimiento, el que forma a médicos capaces de salvar vidas y le despierta el afán por la investigación y los avances en la medicina, el que dota a un país de abogados capaces de defender a los inocentes, de arquitectos e ingenieros que levanten construcciones eficientes y que no se derrumben.
El profesor diseña el futuro del país; su labor es por tanto tan importante como la de un político, un parlamentario o un gobernante y la suya "no es una profesión", "es misión", dice Alexandre.
