Intensifican el control del pesaje a pie de playa al destaparse la venta ilegal de marisco

Las mariscadoras de San Telmo, una de las cofradías implicadas en el presunto fraude, ven innecesaria la medida ▶ Lamentan que ya no les permiten ayudar a compañeros que faltan al trabajo recogiendo su cuota entre todos

Hace días se instaló una segunda báscula en Cabeceira para evitar que llegue más bivalvo del permitido al punto de control. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
photo_camera Hace días se instaló una segunda báscula en Cabeceira para evitar que llegue más bivalvo del permitido al punto de control. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

"Aquí sempre che hai novidades...", responde, con cierto tono irónico, una mariscadora tras terminar su jornada de extracción de almeja en la playa de Cabeceira, en Lourido (Poio). Es viernes, 8 de febrero, quinto día de faena después de que la semana anterior se destapase un presunto macrofraude en las dos cofradías de marisqueo a pie de Pontevedra: la de San Andrés de Lourizán y la de San Telmo, que pese a tener base en la Boa Vila opera también en los arenales del municipio vecino.

La Guardia Civil sostiene que entre 2012 y 2017 se vendieron ilegalmente más de 130.000 kilos de bivalvo, al expedir vales justificativos de las capturas que no se correspondían con la realidad, y la Fiscalía investiga a 20 personas vinculadas con ambos pósitos.

"Morreulle a nai, quixémoslle coller a súa cota e non nos deixaron. Así non cobra"

El proceso consistía en poner en el mercado más marisco del autorizado. Para ello contaban con la complicidad de quienes expiden dichos justificantes de las capturas, de forma que podían llevar a la lonja cantidades muy superiores a los cupos, con el consiguiente beneficio irregular.

Según la Fiscalía, "el personal el punto de control falsea los vales de ciertos mariscadores, hecho que realizan de forma arbitraria y no equitativa" de varias formas, desde expedir el documento a personas que no acuden a mariscar o modificándolo con cantidades que no se corresponderían con las extraídas, siempre a favor del mariscador.

Después de que saltase la noticia los profesionales del sector no volvieron a los arenales hasta el lunes 4 de febrero, tal como marca el calendario de extracción de la Consellería de Mar. La cuota se estableció en diez kilos de almeja japónica. Y esos días se encontraron con novedades: antes de llegar con sus capachos al punto de control –donde se criba y se clasifica el bivalvo por tamaños y se pesa para comprobar que se ajusta a la cuota fijada– se encontraron otro punto de pesaje a mayores, en la misma playa.

Se trata de una báscula, controlada por un vigilante de la cofradía, en la que los mariscadores deben comprobar que no salen de la arena con más de diez kilos. Si se quedaron cortos pueden apañar alguna almeja más; si se pasaron deben devolverlas al mar. Parece una consecuencia obvia de la denuncia, aunque las afectadas no la consideran necesaria. "Xa calculabamos a cantidade polos caldeiros", sostienen, escépticas, mientras suben la escalinata con los capachos y bolsas de red llenas de almejas.

Punto de control de la cofradía de San Telmo, el pasado viernes. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
Punto de control de la cofradía de San Telmo, el pasado viernes. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
 

Este nuevo pesaje no parece un inconveniente, al menos estos días en los que las mareas "son boas", pues aunque disponen de un plazo de cuatro horas para completar la cuota, les es suficiente con apenas hora y media. "Pódese apañar de maravilla".

Pero no todo son aplausos, porque el celo con el que ahora se vigila el proceso para evitar irregularidades choca estrepitosamente con ciertas costumbres que hasta el momento eran aceptadas sin problema por el colectivo.

"Toda a vida axudabamos a facer a cota se alguén non podía vir traballar porque estaba enfermo ou tiña que levar o fillo ao médico", explican varias mariscadoras. Es decir, entre varias personas se extraían los diez kilos que le corresponderían a ese compañero y se le daría el vale justificativo para evitar que perdiera la ganancia correspondiente a esa jornada.

Se muestran indignadas porque esta misma semana el damnificado fue un mariscador de la agrupación. "Morreulle a nai, quixémoslle coller a súa cota e non nos deixaron. Así non cobra. Son as leis –admiten–, pero aquí sobra ameixa". "Toda a vida axudamos a facer a cota e agora, desde que viñeron con este rollo, non se pode. É o último!".

Tras esta semana de descanso la actividad marisquera volverá el 18 de febrero a la escollera de Praceres, a donde también irán a faenar los integrantes de San Telmo.

Fechas y cuotas para no salirse de la legalidad
Dos documentos colgados en la pared del punto de control establecen las normas de cuota y banco marisquero que deben seguir los profesionales durante este mes.

Los días 18, 19 y 22 solo podrán capturar 10 kilos de japónica, aunque el 20 y el 21 podrán optar por siete de esta especie y un kilo de final. Esos dos días también podrá faenar la cofradía de Raxó, que solo podrá capturar 2,5 kilos de fina y tres de japónica.

 

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