Javier Gutiérrez: "No puedo estar más orgulloso de haber formado parte de 'Campeones'"

Ganador de dos premios Goya (por La isla mínima y por El autor), protagonista de una de las películas del año pasado, Campeones, Javier Gutiérrez está este viernes en Pontevedra para representar la obra de teatro ¿Quién es el señor Schmitt? en el Pazo da Cultura

Javier Gutiérrez. DP
photo_camera Javier Gutiérrez. DP

DE ÁGUILA ROJA a Campeones, de la compañía Animalario a La isla mínima, Javier Gutiérrez (Luanco, Asturias, 1971) es uno de los actores españoles más importantes de su generación. Este viernes (21.00 horas, Pazo da Cultura, 20,25 euros, ataquilla.com) estará en Pontevedra para protagonizar uno de los últimos montajes teatrales en los que se ha involucrado, ¿Quién es el señor Schmitt?.

Habrá que preguntarle entonces antes de nada, ¿quién es el señor Schmitt?

(Se ríe) Pues el señor Schmitt es un personaje que, a pesar de los pesares, nada a contracorriente. Este espectáculo va sobre la identidad, sobre la imagen que tenemos de nosotros mismos y sobre la imagen que proyectamos hacia los demás. Es un personaje que se convierte en el héroe de la función casi sin querer. Ojalá hubiere muchos más señores Schmitt, personas que fuesen a contracorriente y no se conformasen con ser parte del rebaño. Esta función, aunque tiene mucho de comedia, de risa y de teatro del absurdo, también tiene un punto existencialista. Así que además de divertirse, porque el público se lo pasa en grande, se abre un debate y se invita a la reflexión. El teatro también está ahí para eso, para lanzar preguntas al espectador. No deja de ser un espejo de nuestra realidad.

¿Qué imagen diría que nos devuelve ahora mismo?

Pues mira, hay precisamente funciones muy interesantes ahora mismo en este sentido. Porque se está haciendo un teatro muy potente, muy político. Te pongo solo dos casos: en el Teatro Kamikaze se puede ver Jauría, un montaje basado en el caso de La Manada, cuando un grupo de salvajes violó a una chica en Pamplona, y en el Teatro Valle-Inclán, Shock (el cóndor y el puma), el espectáculo de Andrés Lima sobre el golpe de Pinochet en Chile. Así que nuestro teatro contemporáneo, por lo menos el que a mí me interesa, tiene que ver directamente con nuestra sociedad.

En el caso de ¿Quién es el señor Schmitt? no es fácil explicar el argumento de una obra que juega a sorprender al espectador.

¡Claro! Igual que con las películas o las series, aquí tampoco debemos hacer spoilers. Pero podemos decir que es una función que tiene mucho que ver con el teatro de Ionesco, donde nada es lo que parece y se juega con la ironía y la metáfora. A ver, se puede contar que tenemos en el escenario a un matrimonio que cree tener una identidad y, al final, nada es lo que parece.

Esta obra le llegó primero a usted y a través suya fue que llegó a Sergio Peris-Mencheta, que acabó dirigiéndola.

Algo parecido. Mi amigo David Serrano, director y productor, me envió el texto de una versión argentina. Lo leí y me pareció interesante. Dándole vueltas a quién podría dirigirla, pensamos en Sergio Peris-Mencheta, que al ser francófono pudo revisar directamente el texto original francés de Sébastian Thiéry y acabó haciendo una versión estupenda, muy brillante y muy superior a la argentina. Y dirigiéndola. Para mí, Peris-Mencheta es uno de los grandes valores de nuestra escena actual.

El peso de la obra recae sobre todo en usted y la gallega Cristina Castaño. ¿Qué tal han trabajado juntos?

Somos cinco actores, pero es cierto que el mayor peso de la función recae en Cristina y en mí. La verdad es que tanto con ella como con el resto de la compañía la química ha sido increíble. Cristina es una actriz con muchísimo talento y muy trabajadora. Ha sido un placer coincidir con ella.

Atiende esta entrevista por teléfono en medio de un rodaje. Y el fin de semana estará representando la obra de teatro en Galicia. ¿Es fácil compatibilizar grabaciones y funciones teatrales? ¿Es habitual?

Es complicado. El día tendría que tener más horas para poder uno tener algo de tiempo libre para sí mismo. Pero las cosas vienen como vienen. Un teatro de proyecto se plantea con muchísimo tiempo de antelación. ¿Cómo puedes saber cómo será tu vida dentro de seis meses? Igual no tienes nada que hacer o igual te coincide con películas y series de televisión. Así que por un lado me siento un privilegiado, pero por otro me gustaría disfrutar más de cada trabajo, de cada personaje.

Campeones traspasó la pantalla el año pasado y se convirtió en todo un fenómeno social. ¿Se hacían una idea de lo que se traían entre manos mientras la rodaban?

Nunca eres consciente de la repercusión que puede tener una película, de si va a ser un éxito en taquilla o no, y mucho menos de si va a llegar hasta donde ha llegado Campeones. Yo intuía que podía ser una película importante al darle tanta visibilidad al mundo de la discapacidad, tan ignorado, tan invisibilizado y en muchos ámbitos casi tabú. El cine, además de para entretener, está para educar. Yo no puedo estar más orgulloso de haber formado parte de Campeones.

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