El dato: "El Pontevedra fue el club en el que más he disfrutado entrenando al fútbol"

José Aurelio Gay: "El Pontevedra fue como hallar una fuente en el desierto"

Convirtió al Pontevedra del siglo XXI en un equipo ganador que devolvió la pasión a la grada de Pasarón con triunfos y espectáculo ► Él también tuvo que ir con el conjunto granate a La (antigua) Condomina a disputar un partido de promoción, un año antes de protagonizar el último ascenso del club a Segunda División
José Aurelio Gay, exentrenador del Pontevedra
photo_camera José Aurelio Gay, exentrenador del Pontevedra

EMPEZÓ EL verano en el CD Palencia, pero antes de que empezase la Liga se dio cuenta de que aquel club no tenía destino y optó por volver a casa y esperar por un mejor momento para regresar a los banquillos. Desde su casa en Madrid atiende la llamada de Diario de Pontevedra, que le sirve para rememorar los grandes momentos que vivió en la casa granate. 

¿Qué sucedió en el Palencia?
Cuando uno es más joven se tira al ruedo y le da igual todo, pero con cierta experiencia, no tanto. En un principio me pareció un buen proyecto, con cara y ojos, pero cuando llegué allí me di cuenta de que no era nada parecido a lo que me habían dicho, por eso decidí dejar paso a otra persona antes de empezar. No vi que reuniese las condiciones mínimas para crear un equipo competitivo.

¿Qué está haciendo ahora?
Relacionado con entrenar, nada. Estoy echando una mano a amigos que tienen empresas de representación, asesorándoles con jugadores jóvenes. Otros amigos traen a futbolistas de diferentes lugares del mundo a la Ciudad Deportiva del Real Madrid y yo hago de enlace: les enseño las instalaciones y los pongo en contacto con la Fundación del Real Madrid.

"De la temporada del ascenso, lo primero que se me viene a la cabeza es la peor imagen, la de la derrota en Calahorra"

¿No echa de menos entrenar?
A veces, sobre todo cuando veo fútbol de alto nivel, pero no demasiado.

¿Fue Pontevedra donde vivió su mejor etapa como técnico?
El comienzo que tuve en Toledo fue muy bueno, ya que logramos clasificarnos para el play-off y cuando yo llegué estábamos en la décima tercera posición. Allí estuvo 14 jornadas, fue muy bonito, pero fueron 14 jornadas. No sé si Pontevedra fue el mejor momento de mi carrera, pero sí fue en el que más he disfrutado del fútbol.

Tendrá decenas de imágenes del ascenso grababas...
Más que del ascenso en sí mismo, de la temporada en general, que fue muy bonita, de un equipo que jugó muy bien, al que los resultados le acompañaron, y de la cara de la gente al verla disfrutar.

¿Y lo primero que se le viene a la cabeza?
A mí se me viene la peor imagen, la de Calahorra (a dos meses para acabar la Liga 2003-04, el Pontevedra perdió 6-3 un partido en el que había comenzado ganando 0-3 contra el equipo calagurritano, que ocupaba plaza de descenso). En el mismo vestuario estábamos abatidos por un resultado tan contundente y algunos jugadores se levantaron e interpelaron a los demás para darle la vuelta a la situación. En ese momento vi que íbamos a estar en el play-off e íbamos a ser competitivos. Cuando un equipo reacciona así después de una derrota, sabes que puede pasar cualquier cosa. Nos vino francamente bien aquel bofetón enorme. El equipo reaccionó como un equipo grande. A partir de entonces se disparó y no nos pudo parar nadie. Conseguimos el título de Liga contra el Racing de Ferrol y después ganamos la liguilla de ascenso. Fue fantástica la respuesta de la plantilla. Fue como una catarsis. También recuerdo a la gente festejándolo en Pasarón después del tercer gol, saltando al campo al acabar el partido. Y también me viene a la cabeza el primer día.

"Había futbolistas en aquel equipo que se entendían con la mirada, a los que no les hacía falta hablar"

¿Qué sucedió?
Era un miércoles y lo primero que suelo hacer cuando llego con la temporada empezada a un equipo es un partidillo para evaluar el nivel técnico de los jugadores: Pablo Vázquez (segundo entrenador entonces) me fue explicando quién era cada uno. Nada más comenzar vi un pase de tacón sin mirar, luego un cambio de orientación al primer toque, después a un pequeñín en la banda derecha (Xaco) controlando a un solo toque en carrera, Javi Rodríguez rematando, Padín haciendo dos o tres cosas. Y pensé "¡Madre mía!"

"Cuando llegué al club por primera vez me di cuenta de que aquello era una mina para jugar al ataque"

¿Fue un flechazo?
Aquello era una mina para jugar al ataque: lo vi tan claro desde el primer momento que dije: aquí hay que hacerlo así. Se lo expliqué a los futbolistas, que teníamos que atacar, incluso a los defensas. Era como encontrar una fuente en medio del desierto.

¿Cuál es el ingrediente fundamental para que un equipo ascienda en un play-off?
Lo primero que tiene que tener es mucho talento. Sin futbolistas de talento no se puede ascender, es imposible, porque son los que solucionan los problemas cuando el equipo se atasca. Y por otra parte, tiene que haber una conexión entre todos los jugadores y el entrenador. Hay equipos con menos calidad que también suben, pero son como una unidad, un solo elemento. Todo el mundo va a la misma. Por ahí también se puede lograr. En nuestro segundo año (temporada 2003-04), había futbolistas que se entendían con la mirada, a los que no les hacía falta hablar. Las combinaciones entre Manu Busto, Xaco, Padín y Javi Rodríguez, el primer año con Diego Castro y el segundo con Capdevila... Esa interconexión, en la que todo parece fácil, parte del talento y el entendimiento de los futbolistas. El equipo juega como una unidad: nada se cuestiona y a partir ahí se crea la atmósfera ideal.

¿Es lo que tuvo el Pontevedra en su temporada del ascenso?
Sí, sí. Me quedé impactado positivamente cuando llegué. Hicimos una buena temporada pero faltaban cosas. Ajustamos tres posiciones: el central, el lateral derecho, en el que fichamos a Mauro, y el centro del campo, con Cabrera. Se veía que el equipo iba a favor de viento. Lo importante era que había talento y todos estaban contentos con aquel estilo de juego.

"La afición de Pasarón está orgullosa de su equipo y eso le llega a los jugadores y a los entrenadores"

¿Qué tiene Pontevedra para generar unos vínculos tan fuertes con los jugadores y entrenadores que pasan por el equipo?
Hay una cosa fundamental: cuando llegas a la ciudad y vives el primer partido, vas al campo, al antiguo o el actual, y se respira ambiente de fútbol, de domingo por la tarde, como yo digo. La gente va a Pasarón a apoyar. Es una afición orgullosa de su equipo, que lo defiende mucho, que crea muy buen ambiente. Eso le llega al jugador, al entrenador. Y luego, la gastronomía, la ciudad, la ría... Hay muchas cosas desde el punto de vista del paisaje. Pero, sobre todo, es por cómo vive la gente el fútbol: su fútbol, su Pontevedra.

¿Sigue la trayectoria del Pontevedra esta temporada?
Sí, los resultados, sí. El equipo no lo conozco. Vas viendo cada semana si ganan, empatan o pierden y donde están clasificados, pero nada más.

En la primera ronda del play-off se medirán al Real Murcia. El club volverá a La Condomina, como en la fase de ascenso de 2003, en la que ustedes jugaron ante el Ciudad de Murcia.
Era un rival muy fuerte: un gran candidato al ascenso. Lo llevaba Quique Pina, un hombre que invierte muchísimo dinero en fichajes en los equipos en los que aterriza. Yo no sentía la obligación de ascender aquella temporada (la primera en el Pontevedra), tenía una visión más a largo plazo. Si el proyecto continuaba, el equipo tenía opciones al año siguiente.

"Lo primero que tiene que tener un equipo de play-off es jugadores con talento. Sin ellos no se puede ascender"

Se lo preguntaba porque el Pontevedra se medirá ahora al Real Murcia, otra vez a Murcia...
Murcia es una Comunidad Autónoma que, para lo pequeña que es, mueve muchos futbolistas y de gran nivel: el Cartagena, el Murcia, el Lorca en su momento, La Hoya Lorca, el UCAM Murcia... Es una región muy futbolera.

Hay quien dice que el play-off es la Champions de Segunda B. ¿Comparte esa opinión?
Sí, sí. Es una categoría un poco olvidada por la Federación Española. Pero para los que van a actuar ahora en el play-off, es una experiencia muy bonita, una gozada. Para los jugadores de ese nivel, es su Champions.

¿Está tan lejos la Segunda División B del fútbol profesional?
Futbolísticamente no. En cuanto infraestructura y temas económicas, organización, seriedad... lejísimos. Pero hay jugadores en Segunda B que, si se les da la oportunidad de jugar en algún equipo de Primera, tienen nivel para cumplir. A lo mejor no se van a salir, pero van a ser futbolistas que no se notará que proceden de Segunda División B. Casos hay y seguirá habiendo.

Usted supuso un punto de inflexión en el Pontevedra y en cierto modo lo modernizó... No solo en cuanto a su juego, sino en cuanto a su constante demanda de nuevas instalaciones.
En el aspecto futbolístico el principal valedor en cuanto a estilo era yo, pero en cuanto a instalaciones, aunque siempre solicitas mejores medios para trabajar, hubo gente en el club que apretó más que yo. Nino Mirón (presidente del PCF entonces) con el tema del estadio y la junta directiva hicieron mucho más en ese sentido. Yo me dediqué al área deportiva. No me quiero colgar ninguna medalla que no me pertenece.

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