José Castro: "Parte del éxito de Castrosua es porque la familia estuvo unida ante la adversidad"

El artífice y hoy presidente de honor de Castrosua se ha ganado a pulso el título de empresario hecho a sí mismo. A José Castro Suárez (O Carballiño, 1926) nada le vino regalado. Empezó a trabajar en una carrocera con 14 años y a los 23 abrió su primer taller. Su buen hacer hizo que Pegaso se fijase en él y así sentó las bases de un grupo que supera los 500 empleados y ya va por la tercera generación

José Castro Suarez, fundador de Castrosua, flanqueado por sus nietos Carlos y Beatriz Castro y por su hijo Juan Luis Castro. EP
photo_camera José Castro Suarez, fundador de Castrosua, flanqueado por sus nietos Carlos y Beatriz Castro y por su hijo Juan Luis Castro. EP

A SUS 92 AÑOS José Castro Suárez sigue acudiendo a los consejos de administración de la empresa que creó en su O Carballiño natal hace 70 años y a la que, ya desde Santiago y junto a sus hijos, dio proyección mundial por su especialización en la fabricación de carrocerías para autobuses, un sector que lidera en España. Integrado por Castrosua, Carsa, Cidsa e Insucar y con sedes en Compostela, Vilagarcía y Las Palmas, el grupo se nutre del espíritu innovador de su fundador, lo que se plasma en la apuesta por adaptar sus bastidores a los motores híbridos, a gas natural o eléctricos. Recientemente galardonado con el VI Premio a la Excelencia Empresarial del Club Financiero de Santiago, Pepe O Carroceiro —como era conocido en sus inicios— compaginó los negocios con la política como diputado en la primera legislatura del Parlamento de Galicia. Ahora repasa su intensa trayectoria en una entrevista que accedió a responder por escrito. 

Siendo hijo de un carpintero, ¿qué fue lo que lo impulsó a dedicarse al mundo de la carrocería?
Al terminar el colegio a los 14 años, y ante la imposibilidad de mis padres de seguir pagándome los estudios —pues éramos ocho hermanos—, me puse a trabajar en una carrocera cercana. Estuve allí cinco años ocupándome de las estructuras de madera y me fui habituando a la forma de trabajar con ellas. Como este tipo de carrocerías eran muy pesadas, empecé a pensar cómo podría mejorarlas para que fueran más ligeras y de aquí nació mi interés por este mundo.

¿En qué consistió el primer encargo que le hizo Pegaso en los años 50 y qué supuso para usted?
En el 49, acabada la mili y de vuelta a O Carballiño, me casé y abrí un local de 200 metros hasta que se produjo un incendio en el taller que habría de cambiar mi vida. A los pocos días recibí una llamada de un empresario de Vilagarcía que quería contratarme. Acepté la oferta y me fui para allí con mi mujer y mis hijos. Al terminar la tercera carrocería en sus instalaciones, decidí establecerme por mi cuenta en un local de 300 metros y rápidamente empezaron a lloverme encargos. Durante algunos años realizamos todo tipo de trabajos: reparaciones de coches, construcción de cajas de camiones y carrocerías de autocares y autobuses. Entonces, me enviaron el primer chasis de Pegaso y, tras realizar su carrocería satisfactoriamente, continuaron haciéndome encargos.

¿En algún momento, cuando fabricaba las primeras carrocerías de madera, imaginó estar plantando los cimientos de una empresa que hoy factura más de 60 millones de euros?
Siempre tuve ambiciones, pero sabía que tenía que ir paso a paso. Me siento muy agradecido de la oportunidad que me ha dado la vida en este sentido. Al final, el esfuerzo de todos, no solo el mío, está teniendo su recompensa.

La innovación es uno de los pilares de Castrosua, que ha apostado por adaptar su oferta carrocera a las motorizaciones híbridas y al gas natural comprimido. Ahora que se está hablando de poner fecha al fin de los motores diésel, ¿cómo cree que serán los buses del futuro?
Se está viendo en las matriculaciones que se usan cada vez más combustibles alternativos como el gas natural, del cual somos especialistas, o la hibridación, en detrimento del diésel. Los autobuses del futuro no muy lejano seguirán la tendencia hacia la electrificación y combustibles más ecológicos. Más allá, seguramente ya no estaré para verlo.

Los buses del futuro no muy lejano seguirán hacia combustibles más ecológicos y hacia la electrificación

¿Sigue e interviene en las decisiones estratégicas del grupo?
La estrategia y operativa la dirigen mi hijo Juan y mi nieta Beatriz. Yo llevo ya años retirado, aunque sí asisto a los consejos de administración. No obstante, si alguien necesita algún consejo o indicación, siempre me tiene a su disposición, aunque soy consciente de que los tiempos cambian muy rápido y ya son ellos quienes controlan el manejo y devenir del negocio.

Tiene a su hijo como presidente y a su nieta como consejera delegada. ¿Cuenta con que haya relevo de una cuarta generación?
Por ahora, la cuarta generación es muy joven. ¡Quién sabe lo que les deparará el futuro! Si me preguntas si me haría ilusión, pues desde luego que como fundador me haría mucha. Además, una empresa familiar ha de pensar siempre en el siguiente relevo.

La empresa que quiera perdurar ha de cuidar y tratar a sus empleados como se merecen, si no, está abocada al fracaso

¿Mantenerse como negocio familiar es la clave para perdurar?
Una empresa familiar que logra permanecer a lo largo del tiempo es porque cada día fortalece sus valores, filosofía, comunicación y orgullo, como tratamos de hacer nosotros. La pasión de la familia por la misión de la compañía y su continuidad facilita y agiliza la toma de decisiones como pueden ser el revertir beneficios o crear nuevos planes de desarrollo. Además, nuestros clientes y proveedores confían también en nosotros, y parte de este éxito es porque la familia se ha mantenido unida frente a las adversidades durante el paso de los años.

Su prolongada trayectoria lo convierte en un gran testigo de la historia reciente de España. ¿Cómo ve el país tras la última crisis de la que aún estamos intentando salir?
Los niveles del PIB y el crecimiento son sin duda una gran noticia, pero muchos indicadores importantes todavía están lejos de los niveles anteriores al estallido de la burbuja. Uno que me preocupa en especial es el empleo, que no se ha recuperado del todo, por lo que aún queda mucho que mejorar, y esperemos que así sea.

Incursión en política
 "Me propuse ejercer un papel en la Transición y, tras aportar lo que pude, seguí con la empresa"

La suya es una historia de esfuerzo y apuesta por la innovación. ¿Hay diferencia entre los empresarios de hoy y los de su generación?

Cada generación tiene sus particularidades con sus ventajas e inconvenientes. Nosotros éramos niños y adolescentes de la posguerra, a los que no nos daban nada regalado y tuvimos que trabajar duro desde jóvenes para lograr nuestras metas. Los empresarios de ahora tienen que estar muy formados para hacer frente a la gran competencia, pero a cambio tienen más ayudas, recursos y facilidades.

La figura del empresario ha sido denostada, en buena medida por el avance de la precariedad laboral. ¿Cree que precisa ser dignificada?
Una empresa que quiera perdurar ha de cuidar y tratar a sus empleados como se merecen, si no, está abocada al fracaso. Un empresario debe ser fiel a sus principios y tener valores loables, sin olvidar, por supuesto, que ha de ganar dinero para que su negocio sea rentable.

En su dilatada trayectoria, tuvo tiempo para la política, entrando con UCD en el Parlamento tras las primeras autonómicas. ¿Le habría gustado prolongar esta faceta?
Mi propósito fue ejercer un papel en la Transición democrática y, una vez que aporté lo que pude, seguí ejerciendo mis deberes de empresario, que no eran pocos. Lo mío era la empresa y el desarrollo de ideas. Es lo que siempre llevé dentro.

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