Los diez últimos años caminando, con un único parón de cuatro meses, y 110.000 kilómetros en las piernas para cumplir la promesa que le había efectuado a la Virgen del Carmen tras haber sobrevivido a un naufragio. José Antonio García Calvo, conocido como 'José el peregrino', pasó este jueves por Pontevedra de regreso al Puerto de Santa María (Cádiz), su localidad natal, en la que será su última peregrinación después de haber visitado todos los lugares sagrados del mundo.
En abril de 2016 había anunciado que colgaba la mochila, pero después de cuatro meses se percató de que para cumplir la promesa que le había efectuado a la patrona de los marineros, de visitar todos los lugares sagrados del mundo, por haber salvado la vida en el suceso que tuvo lugar el 1 de enero de 1999 en aguas noruegas, le quedaba pendiente visitar la iglesia de Czestochowa (Polonia) en la que que se venera a la Virgen Negra.
Así, un amigo camionero le llevó hasta el santuario de la Virgen Negra, desde donde comenzó la caminata de regreso hace seis meses. "Ya he disfrutado de todos los santuarios del mundo", destaca el caminante, que ayer descansó en el albergue de peregrinos de Pontevedra para reponer fuerzas y encarar la recta final del trayecto que realizará a través de Portugal porque, explicó, "puedo dormir en los parques de bomberos sin tener que pagar. Las últimas cuatro noches las he dormido al raso, con temperaturas bajo cero, porque no tengo los siete euros que me piden en los albergues de la Xunta. Es muy duro".
José el peregrino, que viaja con una mochila de 15 kilos a la espalda y cojea porque no acabó de curar el tobillo que se rompió en plena peregrinación, tiene previsto llegar a su hogar en un mes y empezar a disfrutar de sus dos nietos. "No volveré a subir a un barco en mi vida. Ni mojarme los pies", subrayó, cuando aún tiene presente el recuerdo del siniestro que sufrió cuando faenaba junto a otros 16 marineros abordo del buque bacaladero Revolución, del que fue el único superviviente. "Me mantuve a flote sobre dos cadáveres durante diez horas, hasta que fui rescatado en avanzado proceso de congelación", subrayó.
Su recuperación se prolongó durante más de ocho meses en una cámara hiperbárica para curar la hipotermia, tuvo que estar dos años y medio en una silla de ruedas y usar muletas durante otros tantos. "Los médicos me dijeron que no volvería a caminar más, pero aquí estoy", destaca José el peregrino, cuyas piernas le han llevado hasta más de 50 santuarios de todo el mundo.
