El juego directo, solución y problema del Pontevedra ante el Compostela

Ante el Compostela, el Pontevedra generó en el primer tiempo gracias a los envíos largos sobre Rufo, brillante en los duelos ► En la segunda parte, el rival fue capaz de vigilar mejor al punta y el PCF se quedó a medio camino de todo
Cuando el Pontevedra fue capaz de juntarse en los envío a Rufo, generó peligro. CRTVG/XURXO G.G.
photo_camera Cuando el Pontevedra fue capaz de juntarse en los envío a Rufo, generó peligro. CRTVG/XURXO G.G.

Dio un paso más al seguir sumando pese a todo. Pero el Pontevedra de la sexta jornada que se plantó en Santiago el pasado sábado, ofreció dos caras bien diferentes. En su versión sólida, la de la primera mitad, fue capaz de maniatar al Compostela. Generó fútbol, peligro en el área enemiga y tan solo el acierto rival y el desatino propio en momentos puntuales le hizo irse al descanso por debajo. Sin embargo, en el segundo tiempo, pese a ser capaz de empatar pronto, los granates se descompusieron y ofrecieron su cara B. Fue una versión hasta ahora nunca vista, ya que los pupilos de Jesús Ramos fueron incapaces de encontrar el camino hacia el gol y, lo que fue más preocupante, sufrió para amarrar el resultado. Porque el juego directo le dio, pero también le quitó.

Mucho envío largo

Al contrario que ante el Salamanca CF UDS, el Pontevedra no quiso arriesgar en ningún momento en zona de iniciación. La premisa era clara: ante la presión adelantada del Compostela, juego directo. Así, los envíos de cualquier granate cuando el PCF debía proponer desde cero o tras recuperación tenían como meta a Rufo. El delantero madrileño fue el inicio y el final de todo en el conjunto visitante. El punta firmó un partidazo y desde su capacidad para recibir, proteger o prolongar el balón en los duelos, el Pontevedra creció. Cuando el equipo tuvo paciencia y gasolina para juntarse sobre Rufo (foto de arriba), generó peligro.

Romay y Charles entre líneas

Cuando el Pontevedra logró tener el balón en el campo rival, los ofrecimientos de Romay y Charles entre líneas generaron mucho peligro. Los dos formaron prácticamente una línea de cuatro por detrás de Rufo (junto a los extremos). E hicieron mucho daño en esa altura, en la que el Compostela solo tenía a Pablo Antas. Así, con pelota, el de Malpica se descolgaba de Imanol y, junto al brasileño, buscaba acercarse a Rufo cuando éste recibía o ofrecerse a espaldas de la presión local.

Mientras le aguantó el físico, el Pontevedra presionó bien y fue capaz de juntarse a Rufo. Ya sin energías, sufrió mucho

Capacidad de reacción

Ante el Compos, el PCF se vio por detrás en el marcador en dos ocasiones. Más veces que en el resto de la temporada. La otra ocasión en la que el equipo tuvo que remar contracorriente fue frente a Unionistas, en casa (jornada dos). Finalmente, acabó empatando, aunque más por empuje que por fútbol, ya que los granates se atascaron. Sin embargo, en Santiago sucedió todo lo contrario. El Pontevedra comenzó por detrás, pero respondió con firmeza y no tuvo dudas. Tampoco tras el 2-1, justo antes del descanso, pues logró empatar bien pronto con el libre directo de Imanol García.

Presión alta efectiva

Mientras tuvo energías, el Pontevedra fue capaz de dificultar enormemente la pulcra salida de balón del Compostela. Los granates, muy juntos, ejercieron una presión bastante alta que tenía por objetivo impedir que Antas o Bicho recibiesen para conducir los ataques locales. Así, el bloque visitante permitía que fuesen Soto o Casas quienes iniciasen. Rufo tapaba línea de pase al central que no poseía el balón y acosaba al poseedor. El resultado solía ser un envío directo ante el que los de Jesús Ramos se sentían cómodos.

Daño a las espaldas

Sin embargo, cuando el Compostela lograba superar esa primera presión granate, encontraba vías de agua. Con Primo fijando a los centrales, su línea de cuatro mediapuntas hacía mucho daño a Imanol y, sobre todo, en los espacios entre los centrales y los laterales. Así llegaron los dos tantos de un equipo local que, en el primer acto, solo fue capaz de herir así al Pontevedra.

Sin físico, sufrimiento

Poco a poco, el Pontevedra fue dejando atrás sus certezas y quedándose en intenciones. El Compostela entendió que debía agruparse para cerrar los caminos hacia Rufo. Y aislando al punta, fue capaz de hacerse con el dominio del partido. Así, con cansancio ya en las piernas, el PCF intentaba juntarse como antes en ataque pero no lo lograba. Su fútbol directo ampliaba la distancia entre líneas. Y como pretendía ir a presionar arriba, el equipo se partía. El doble pivote arregló algo el desaguisado, pero no solucionó del todo el problema y permitió al Compos, ya sin tanto acoso por parte del rival, dominar y estar muy cerca de llevarse la victoria.

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