Julia Varela, periodista y escritora

"A mí sí que me gustan los gin tonics"

Locutora de Eurovisión. Reportera en 'Comando actualidad'. Y escritora. La pontevedresa presentará su primera novela este mes en Cronopios

Julia Varela (Pontevedra, 1981). IGNACIO IRIZAR
photo_camera Julia Varela (Pontevedra, 1981). IGNACIO IRIZAR

¿A usted le gustan los gin tonics?
¡Eres la primera compañera periodista que me lo pregunta así, directamente, de manera oficial! Aunque el título de la novela [¿Por qué me pido un gin tonic si no me gusta? (Ediciones B, 2019)] da para que me lo pregunten mucho más. La verdad es que a mí sí me gustan, pero a la protagonista de la novela no sé si tanto. En realidad, el título del libro tiene que ver con una reflexión sobre las cosas que hacemos por moda, por tendencia, por pose, que pueden ser desde tomarte un gin tonic, aunque no te guste, a plantearte tener hijos, aunque no lo tengas claro.

Su protagonista es reportera de televisión, tiene treinta y tantos años, es de origen gallego... ¿Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia?
Tengo un compañero que me insiste en que lo que hay que decir es justo lo contrario: todo está basado en la realidad (ríe). A ver, la novela es ficción contemporánea. No he creado un álter ego. Este personaje no es mi trasunto literario. Aunque sea reportera de televisión como yo y se llame Olga Colmeiro porque su padre es gallego. Lo cierto es que como escritora también vivo en la realidad de hoy y eso se nota. No sabría escribir del Chicago de los años 50. Me inspiro en la realidad, pero todo es ficción.

¿Cómo nace Olga Colmeiro? ¿Por qué decidió escribir esta novela?
Me parece que todos los periodistas nos planteamos escribir en algún momento. A mí siempre me ha gustado y hacía tiempo que me venía rondando una idea en la cabeza. La escribí, se lo planteé a una editorial y parece que la historia gustó. He querido que apareciese en la novela toda una serie de preocupaciones que rodean la edad que estoy viviendo, desde los 30 y tantos a los 40 y tantos años. Son cuestiones que tienen que ver con la vida laboral, la precariedad y los problemas para encontrar trabajo; con lo sentimental y las relaciones de pareja; con la maternidad, que cada vez se retrasa más... Es esa problemática que rodea los 30 y tantos, que parecen haberse convertido en los nuevos 20 y tantos. Todo está presente en una historia con un punto de intriga.

"Me imaginaba Eurovisión más apegado al pasado y trasnochado. Y me encontré un festival hipermoderno"

Y con un punto de humor. ¿Tenía claro desde el principio ese tono luminoso para la novela?
Mira, cada uno escribe como es. Lo que va a encontrarse el lector en esta narración es cómo soy yo. Es una novela dinámica y con un punto, más que humorístico, desenfadado. Es alegre, sí. No podía haberla escrito de otra manera.

¿Le ha gustado la experiencia? ¿Va a repetir?
¡Me encantaría! Pero primero quiero ver cómo funciona esta, ver que feedback me dan los lectores. He disfrutado muchísimo del proceso de creación del libro, algo que yo nunca había experimentado y que me ha parecido muy interesante. Estás tú solo con tu historia, con tu concentración y con tu imaginación. También me ha gustado mucho la relación con mi editora.

Cuando la jefa de Olga la envía en chirucas y chubasquero a hacer reportajes en el rural, es muy difícil no verla a usted en el que hizo sobre los furtivos de la costa gallega para Comando actualidad.
¿Lo viste? (ríe). Me encantó hacer ese reportaje. Y te puedo decir que hay un aspecto muy importante del libro relacionado con dibujar los contrastes entre el campo y la ciudad. Al principio de la historia, la jefa de la protagonista la manda a hacer una serie de reportajes a zonas rurales. Entre ellos, hay uno especial dedicado a Galicia. Non podía ser de otra manera. Y este contraste que se plantea entre lo que Olga va encontrando en su trabajo y su vida urbanita también encaja muy bien con esas cosas que hacemos por postureo de las que hablábamos al principio. Porque ahora mismo hay una especie de moda relacionada con volver al campo, lo que se llama el nuevo rural, al mismo tiempo que existe un abandono de esos territorios, esa España vaciada tan de actualidad. Quería reflejar esa realidad y ese contraste. La verdad es que los reportajes que yo más disfruto son los del rural. Me gusta más la gente que me encuentro allí: tiene la mirada más limpia, es más auténtica. En la ciudad somos demasiados y acabamos un poco engullidos por la autoexigencia y el estrés.

Así que sigue disfrutando del reporterismo.
¡Por supuesto! ¡Mucho! Es lo que más me gusta. Es un privilegio poder viajar y conocer a gente tan diferente a través de este trabajo.

Va a volver a comentar el Festival de Eurovisión para Televisión Española. Lo hace desde 2015. ¿Cómo ve al representante de este año, a Miki, con la canción La venda?
Esta canción tiene mucho de fiesta, alegría y diversión, y eso se asocia a España. También tiene algo de bar y de tapeo. Puede gustar. Sobre todo porque este año hay una mayoría de propuestas de solistas masculinos con baladones y temas muy tranquilos. Que de repente salga Miki con La venda puede despertar simpatía por parte del público.

Cinco años después de empezar a comentar Eurovisión, ¿qué piensa del festival?
Ha superado todas mis expectativas. Yo venía de Radio 3, de cubrir festivales muy modernos, y tenía algunos prejuicios sobre Eurovisión. Me lo imaginaba más añejo, apegado al pasado, algo trasnochado. Y lo que me encontré fue un festival hipermoderno, súper bien organizado, con una profesionalidad brutal. Como espectáculo televisivo es, sin duda, uno de los más importantes del mundo.

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