La huella franquista del Templo Vello de Marín tiene los días contados

El Concello hablará con Patrimonio para sacar la cruz y el nombre de Primo de Rivera aprovechando las obras de rehabilitación
Se aprovecharán las obras de restauración de la estructura para retirar los símbolos de la fachada
photo_camera Se aprovecharán las obras de restauración de la estructura para retirar los símbolos de la fachada

Al entrar en la Rúa do Sol, los ojos se dirigen, inevitablemente, hacia la fachada del Templo Vello, una de las edificaciones patrimoniales más importantes de la villa marinense. Sin embargo, no es solo su belleza lo que atrae la mirada del paseante. Una gran cruz oxidada y el nombre de José Antonio Primo de Rivera cincelado en la piedra destacan sobre el resto de elementos arquitectónicos y, a día de hoy, hacen que todos aquellos que pasan por la zona se pregunten si esto no viola la Ley de Memoria Histórica. La respuesta es sí, pero nunca se había hecho nada al respecto por dos razones. Por un lado, por la dificultad que entraña borrar la huella franquista de un edificio "que es un bien catalogado como patrimonial", argumenta la alcaldesa, María Ramallo. Por otro, debido a la necesidad de poner de acuerdo a todas las partes que tienen voz y voto para tomar esa decisión, entre las que están el departamento de Patrimonio de la Xunta de Galicia y la Iglesia.

Sin embargo, con la excusa de las obras de rehabilitación que se están llevando a cabo en la cubierta de la iglesia a cargo de Patrimonio, se abre la puerta a la posibilidad de hacer realidad una de las demandas más relevantes de la Asociación pola Defensa da Memoria Histórica de Marín. "Es un tema que ya está hablado con los técnicos", constata Ramallo. "Todavía no se sabe cuál será la vía elegida para retirar la simbología, porque hay que seguir unas pautas muy estrictas, pero por nuestra parte no hay ningún problema", añade.

Ramallo reitera que asegurar la conservación del edificio es el único motivo que retrasa la intervención. "No tiene nada que ver la ideología, es un tema puramente arquitectónico", indica.

De todas formas, Ramallo advierte de que, así como con la cruz no cree que vaya a haber obstáculo alguno, "con el cincelado de la piedra no sabemos qué pasará, tiene más difícil arreglo".

La presidenta de la Asociación pola Defensa da Memoria Histórica, Queta Molas, aplaude la decisión de aprovechar las obras de rehabilitación del templo "para deixar a parede tal e como estaba antes da contenda".

A pesar de ello, pone el foco en lo que, en su opinión, es una infracción de la legislación. "Non está permitido traballar baixo subvencións nun lugar que está incumprindo a lei de memoria", alega. Y es que la reforma de la cubierta del Templo Vello, que es la primera fase de las obras de restauración integral de la infraestructura, está financiada en su totalidad por la Xunta de Galicia con un importe de cerca de 42.000 euros.

La posibilidad de que se retiren la cruz y el nombre del dictador de la fachada pétrea del Templo Vello posibilita que otras reivindicaciones que la asociación marinense ha ido haciendo a lo largo del tiempo sean ahora atendidas.

Tal y como apunta Queta Molas, aunque en el casco histórico los símbolos de la época de Franco son casi residuales, en el rural todavía persisten. "En moitas fontes hai placas e símbolos franquistas que non foron retirados", explica la presidenta del colectivo.

Según las explicaciones del Gobierno local, si en estos casos no se han puesto manos a la obra es porque "din que os veciños non queren, aínda que hai outros que seguramente si".

Ante el argumentario utilizado a veces por las instituciones o las personas que no están de acuerdo con quitar algunos símbolos, Queta Molas ataca con claridad: "Estes restos son propaganda política do Franquismo, non son nin cultura nin nada".

Por ello, para las situaciones en las que Patrimonio ponga alguna traba, Molas propone una solución: "Colocar unhas placas explicativas que indiquen claramente que son eses símbolos e de que réxime proveñen".

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