La lista negra del patrimonio de O Morrazo

El Pazo de Cadro, en Marín, presenta un gran estado de abandono, mientras que el Castro de Domaio peligra ante las obras del Corredor
El Pazo de Cadro está abandonado y es objeto de saqueos
photo_camera El Pazo de Cadro está abandonado y es objeto de saqueos

El patrimonio de la comarca de O Morrazo sufre constantes agresiones, en muchas ocasiones motivadas por las escasas medidas de protección que se les aplican. La web patrimoniogalego.net, que se dedica a la catalogación del patrimonio de la comunidad y que lleva documentadas cerca de 9.000 piezas, ha incluido tres bienes morracenses en su lista negra, en la que incluye aquellas que se encuentran en una situación de grave peligro, ya sea por alteración, desaparición o destrucción. En el caso de O Morrazo son el Pazo de Cadro, ubicado en Santomé de Piñeiro, en Marín; los restos de un cruceiro en Meáns, Bueu, y el Castro de Montealegre, sito en Domaio, en el municipio moañés.

El lugar de O Cadro, en la parroquia rural marinense de Santomé de Piñeiro, tiene en su haber una estructura pétrea de la Edad Moderna que forma parte del Inventario de Bens Patrimoniais da Xunta. Sin embargo, cualquiera que pase junto al Pazo de Cadro contemplará un paraje desolador, abandonado y olvidado que no se corresponde con las exigencias de conservación que conlleva contar con esa catalogación autonómica.

Actualmente su propiedad es privada, pero no siempre fue así. Tras pasar por las manos de la familia Cea (propietaria del Pazo de Cea, en Nigrán), en el siglo XVIII, el inmueble pasó a titularidad municipal. Más tarde, en la década de los 60, fue adquirido por la escritora y periodista sueca Cristina Lilliestierna, que lo cuidó con mimo hasta su fallecimiento. Desde ese momento, el pazo ha sido objeto de múltiples saqueos. De nada ha valido tapiar las puertas ni asegurar las ventanas, que hoy están todas rotas.

El Concello intentó pedir ayuda a la Xunta de Galicia para su acondicionamiento en 2002. Una ayuda que nunca llegó. Tres años después, se quiso habilitar el pazo como una casa de turismo rural, un proyecto que tampoco prosperó. Mientras tanto, la hierba crece, la maleza se amontona y el Pazo de Cadro no es sino una sombra de lo que fue siglos atrás.

CRUCEIRO. Lo que antaño fue un cruceiro en la parroquia buenense de San Martiño, en el lugar de Meáns, hoy no es más que un resto olvidado. De la construcción completa solo se conserva, anclada al suelo, la base cuadrada que la sustentaba, así como un pequeño trozo de la columna.

CASTRO. De los tres bienes morracenses que patrimoniogalego.net tiene en su lista negra, el que sufre el peligro más inminente es el conjunto castrense de Domaio. Según vienen denunciando colectivos sociales y ecologistas desde el inicio de las obras, la conversión del Corredor do Morrazo en autovía acabará con gran parte del yacimiento. Montealegre está catalogado como Ben de Interese Cultural por partida doble, en los catálogos de la Xunta y los del PXOM. Se calcula que en él llegaron a residir 300 personas y, en su parte alta, existen varios petroglifos.

La propiedad del castro es comunal, y es por ello por lo que centenares de vecinos, bajo el lema 'Salvemos el castro de Montealegre', han realizado diversas rutas y actuaciones de presión, como la recogida de firmas, para evitar que el desdoblamiento suponga un triste final para esta pieza patrimonial. Y se consiguió, hasta tal punto que ediles y colectivos de Moaña han pedido una reunión con la conselleira de Infraestruturas, Ethel Vázquez, para blindar Montealegre y conservarlo. Las redes sociales han sido clave en este proceso de concienciación de la sociedad gallega con respecto al castro, pues ha sido gracias a la difusión de fotos y vídeos pidiendo su protección que se ha conseguido la implicación de la órbita política municipal.

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