La Vuelta 2016 arranca con un gran recorrido por las cuatro provincias gallegas

La ronda ciclista pasará por Ourense, Baiona, el mirador del Ézaro o San Andrés de Teixido, entre otros lugares
El consejero de Educación, Cultura y Deporte de Cantabria, Ramón Ruiz, junto al director general de La Vuelta, Javier Guillén
photo_camera El consejero de Educación, Cultura y Deporte de Cantabria, Ramón Ruiz, junto al director general de La Vuelta, Javier Guillén

Con el recuerdo del histórico final de la Vuelta 2015 con el asalto de Fabio Aru al jersey rojo en la sierra madrileña, la edición de 2016 sueña con repetir la jugada, fiel a su estilo de abundantes finales en alto, que este año incluyen el mítico puerto Tour del Aubisque y Más de la Costa, en Castellón, que promete ser muy atractivo. El recorrido de la próxima Vuelta se ha presentado este sábado en Santiago de Compostela. Galicia lanzará la carrera junto al balneario de Laias (Ourense) el 20 de agosto con una cronometrada por equipos, y finalizará en Madrid el 11 de septiembre tras un salto desde Alicante, donde se decidirá el podio final.

Diez finales en alto, el último en Aitana (Alicante), la víspera de llegar a la capital, y la cronometrada individual de 39 kilómetros un día antes en Calpe, prometen tener a toda la afición vibrando prácticamente hasta el último kilómetro La Vuelta recorrerá las cuatro provincias gallegas en la primera semana. Tras el esfuerzo colectivo de 29,4 kilómetros se conocerá al encargado de quitar el precinto al primer maillot rojo.

Ya en marcha, la primera etapa en línea entre Ourense y Baiona dará la primera opción a los esprinters y precederá al primer gran aliciente, el Mirador de Ézaro, lugar espectacular donde se impuso Purito Rodríguez en 2012. Ahí no finalizará el espectáculo, pues la carrera llega a un lugar inédito, San Andrés de Teixido, ya con tres puertos previos.

Tras salir de Galicia llegará el turno para la provincia de Zamora, con meta en Puebla de Sanabria, una jornada previa al inicio de la montaña de León, Asturias y Cantabria, donde se podrán sacar las primeras conclusiones de los aspirantes al podio. La ronda regresa a una de las rampas de nuevo cuño que ya han impactado: La Camperona, en León, que solo se ha subido en la edición de 2014. Una ascensión dura, como para que los favoritos tengan que emplearse a fondo.

Un lugar especial que inicia una traca de cuatro finales en alto consecutivos que se completan en Asturias y Cantabria con los finales en el Naranco, Lagos de Covadonga y Peña Cabarga, aunque antes de llegar a esta última meta, el pelotón disfrutará del primer día de descanso. Luego al País Vasco, a revivir la inolvidable etapa de 2011 con el triunfo de Igor Antón en Bilbao, escenario de la duodécima etapa, con el doble paso por el Vivero incluido. Un día después se disputará la jornada más larga en una edición de cortas jornadas: 212 kilómetros entre la capital de Vizcaya y Urdax-Dantxarinea, en Navarra, a un paso de la frontera con Francia.

La fase decisiva empezará con la súper-etapa que finalizará en el Aubisque, en territorio francés, un guiño al Tour, que por algo su empresa organizadora, ASO, también es principal responsable de la Vuelta. Una jornada de la grande boucle, con 4 puertos, tres de primeras y uno de categoría especial. Por primera vez la ronda española llega al Aubisque, allí donde el 2007 se impuso el danés Michael Rasmussen, antes de ser eliminado por su equipo y de que Contador se enfundara el maillot amarillo de su primer Tour. Ese día también se subirá la Marie Blanque.

Del Pirineo francés al español, con la etapa más corta, la decimoquinta, entre Sabiñánigo y Formigal, de solo 120 kilómetros, antes de reencontrarse con la costa en Peñiscola, donde los esprinters reivindicarán su existencia. Llegará la segunda jornada de descanso. La última semana será de infarto. Javier Guillén, director de la Vuelta, habla maravillas de la inédita cima de Más de la Costa, en Castellón, una subida de 4 kilómetros con rampas del 23 por ciento "que hará historia".

Tras otra jornada para velocistas en Gandía, el maillot rojo se terminará de discutir con el reloj y la montaña como testigos. A tres días de llegar a Madrid la cronometrada de 39 kilómetros en Calpe puede resultara decisiva.

Los especialistas se frotan las manos en esa cita contra el cromo, pero un día después, el penúltimo de la Vuelta, el Alto de Aitana puede guardar las emociones que anhela la organización. Jornada de 184 kilómetros con un puerto de categoría especial, 3 de segunda y 1 de tercera. Al final, 22 kilómetros de subida que salvarán un desnivel de 1.280 metros, a una media del 5,7 por ciento. Junto a Cibeles, se sabrá quien sucede en el palmarés al italiano Fabio Aru, el protagonista de la hazaña que simboliza el espíritu del recorrido de la Vuelta.

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