Blog | Zona Franca

Las burbujas del kilovatio

Galicia, toda una potencia energética, asiste a una nueva crisis que tendrá más capítulos

MUCHA energía, muy poca luz. A decir por la estructura del sistema eléctrico español y su sobrecapacidad instalada, y por el explosivo alza de precios de la electricidad de este pasado mes de enero, la metáfora encaja como un guante para describir esta nueva burbuja del kilovatio. Desde los poco más de 73 euros por megavatio hora marcados en septiembre de 2008 no se veía en el mercado mayorista eléctrico una tasa mensual tan alta como la registrada en este primer mes del año, que casi duplica la de enero de 2016.

Detrás de esta conocida tormenta perfecta (ola de frío, por un lado, y riesgo de sequía, apenas viento y problemas en la importación de gas, por otro) se esconde un modelo energético que se ha ido modulando a golpe de parches durante los últimos diez años, en cierta medida cortocircuitado por la propia crisis económica, a la que no han sido ajenas las cuentas de resultados de las grandes eléctricas, que han demostrado ser un oligopolio a prueba de liberalizaciones. Todos a una, los argumentos corren en cascada para explicar la situación actual del sector eléctrico, pero hunden sus raíces en problemas que vienen de atrás.

El último parche de esta sucesión fue la incorporación, en 2014, de un sistema que traslada de forma automática a la factura de los usuarios domésticos y pymes acogidos al precio de venta al pequeño consumidor, unos 13 millones, los precios fijados en el mercado mayorista, el conocido como "pool", que a través de subastas los establece a diario, para la jornada siguiente y por horas. Este sistema permite que, en momentos de bajadas de precios, el consumidor final logre beneficiarse, como ha sucedido otros años, pero ahora son muchos los que añoran el anterior mecanismo. Pasaba, básicamente, por subastas trimestrales. Y, al margen de un cierto componente especulativo, ofrecían cierta estabilidad al sistema: si por una ola de frío puntual se disparaban los precios, el cliente doméstico mantenía la tarifa incial marcada para ese período.

Galicia, toda una potencia energética, asiste a una nueva crisis que tendrá más capítulos

El sistema se cambió, precisamente, por otra súbita subida de precios que no lograron contener las subastas en diciembre de 2013, cuando todas las miradas se volvieron hacia el sector eléctrico. Intervino entonces el Gobierno y también el regulador, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, que destapó algunos enjuagues que todavía se dirimen en la Audiencia Nacional. Expedientes abiertos entonces por el regulador golpearon de lleno a Ibedrola, que esta semana acaba de inaugurar nuevos saltos en la Cuenca del Miño-Sil. La compañía recibió una multa de 25 millones, recurrida y suspendida cautelarmente después, por parte del supervisor. Competencia demostró que el grupo había alterado el mercado “de forma fraudulenta” al reducir la producción en las cuencas del Miño-Sil, Tajo y Duero en períodos de fuerte demanda y mayores precios para hacer entrar en funcionamiento los ciclos combinados, que son más caros, al producir electricidad con gas. Con ello, todavía subían más los precios en el peor momento. Burbuja de manual.

Siendo Iberdrola entonces el chivo expiatorio de todo un sector, y sin ser ni mucho menos el mayor problema de las eléctricas, esta actuación destapa otra caja de los truenos: la de las abultadas diferencias entre la remuneración y el coste dentro del mix energético, es decir, por tipo de fuente empleada para producir electricidad. Y es que no todos los kilovatios son iguales al enceder el interruptor. Por su origen, renovables, hidráulica y nucleares, con costes variables más bajos, entran primero en las subastas, para después pasar a carbón y gas. Sin embargo, al final de la subasta se abona a todos el mismo precio: el de la producción más cara del día. El símil parece obligado: es como si en la lonja se paga la sardina a precio de merluza del pincho.

Esta es una de las posibles disfunciones del sistema eléctrico actual que detectará esa auditoría que pide a gritos media clase política tras el estallido de precios de enero. Habrá más sorpresas. Como esa sobrecapacidad instalada: España acumula 25.000 megavatios de potencia, pero la crisis ha demostrado que unos 6.000 no son necesarios. Y el ciclo combinado (en Galicia tenemos Endesa, en As Pontes, y Gas Natural, en Meirama) se lleva casi el 25% de esa potencia total instalada. Precisamente, la tecnología más cara. De ahí que el Gobierno mire de reojo al gas cuando afronta los problemas del sector eléctrico. Pero, en el fondo, todas las compensaciones al sector que incorpora la factura eléctrica son el nudo gordiano de una reforma ya inaplazable.

Galicia, que transforma el 10% de la energía de España, observa impasible esta burbuja y ve esfumarse el sueño de la eólica.

Las tesis del ideólogo de la financiación

¿Habrá mucho trecho del dicho al hecho? Santiago Lago Peñas es el elegido por la Xunta de Núñez Feijóo, y respaldado por el PSdeG, para marcar desde Galicia un criterio propio en el debate de expertos sobre el nuevo modelo de financiación autonómica impulsado por el Gobierno central. ¿Y qué piensa el joven catedrático, director del Foro Económico de Galicia, sobre el modelo actual, sus carencias y sus necesidades?

Pues muchas pistas de la perspectiva de Santiago Lago las encontramos en sus en sayos sobre hacienda pública. El último, presentado este mismo año, hace un mes.

Lago es coautor de un estudio que aboga por una "Galicia que debe liderar el retorno a la nivelación de todos los servicios descentralizados". Básicamente, porque posibilita que la autonomía política y el autogobierno sean compatibles con la capacidad de prestar servicios públicos semejantes en toda España, según su tesis. Ya metido en harina, Santiago Lago propone una vuelta de tuerca a la descentralización de impuestos y, a la vez, armonizar sus bases imponibles para evitar el dumping fiscal entre autonomías. En concreto, para el Iva y los impuestos especiales, plantea un tramo autonómico armonizado en vez de participar en su recaudación vía transferencias. También urge cambios en el tramo autonómico del IRPF y un suelo común para Sucesiones y Patrimonio. Y una reforma fiscal verde.

Cuando Santiago Lago se siente en el comité de expertos, la clave estará en conocer cuál será su criterio final: si el que expone en sus ensayos o el que inspire un PP que, frente a otras comunidades, está relativamente cómodo con el sistema actual.



FERNÁNDEZ DE MESA. La puerta giratoria de REE se abre de par en par

Todo un clásico de las puertas giratorias. Red Eléctrica, la compañía que se encarga del transporte de la energía en este país, y que tiene al Estado como su principal accionista con un 20%, hace honor a su historia con el fichaje de Arsenio Fernández de Mesa, hasta hace nada director general de la Guardia Civil. El ferrolano se apuntará un sueldo Nescafé de no menos de 150.000 euros al año, y compartirá moqueta con otros ex de la política. Sin ir más lejos, el presidente de Red Eléctrica es José Folgado, que fue secretario de Estado de Presupuestos y de Economía, con el PP. Fernández de Mesa también coincidirá con Ángeles Amador, exministra de Sanidad con el PSOE, partido que en su día colocó a otro ex ministro, Luis Atienza, en la presidencia de Red Eléctrica. Lo llamativo es que el político gallego será consejero de la compañía en calidad de independiente, toda una metáfora del buen gobierno de las empresas.

ARIAS DÍAZ-EIMIL. El presidente de los empresarios saca su lado más 'progre'
HA sido un estreno muy particular. El flamante líder de la patronal gallega arremete en su estreno contra la reforma laboral del PP. El suyo es un análisis para muchos acertado, por cuanto es sobre todo el crecimiento del PIB lo que está generando empleo, que en cualquier caso exhala precariedad por todos los poros. Antón Arias censura la política laboral del Gobierno, enseñando su lado más 'progre', desde una atalaya muy particular, la presidencia de los empresarios. Si muy bien no cayó su elección, por las formas antes que por el fondo, sin duda este alarde de sinceridad habrá dejado perplejo a más de un empresario. Es, quizá, el primer líder patronal que critica abiertamente el modelo del PP. Ante sus palabras solo caben dos interpretaciones: o se calentó durante una entrevista o a la patronal ha llegado la "nueva política". Habrá de medir sus pasos. Y sus palabras

Comentarios