Uribe asesta otro golpe a las FARC tras liberar a Betancourt

Imagen de una prueba de vida de Óscar Lizcano. (EFE)
photo_camera Imagen de una prueba de vida de Óscar Lizcano. (EFE)

"Tuve el valor de jugármela porque sabía que me iban a fusilar". Con la voz debilitada tras tres días caminando sin descanso por la selva, el ex congresista colombiano Óscar Tulio Lizcano ha relatado su liberación este domingo.

Lizcano, el político colombiano que más tiempo estuvo en poder de la guerrilla de las FARC, ocho años, consiguió huír junto con el carcelero que le custodiaba, que acabó entregándose.

"La presión fue mucha", explicó el ex congresista, de 58 años, quien añadió que el Ejércico "arropó" su huída con el carcelero. Los militares tenían localizado el campamento donde Lizcano permanecía retenido, y lo habían sometido a un estrecho cerco. El estado de salud del político es grave.

'Un viejo muy enfermo'
"Quiero agradecer ante todo a la persona que tuvo la valentía de salir conmigo, un viejo que se encontraba muy enfermo", dijo Lizcano, y "al ministro de Defensa, al Ejército" y al presidente, cuya "política nacional jugó un papel importante para el rescate de mi hijo".

Se refería a Juan Carlos, secuestrado también por las FARC hace tres años y rescatado en una operación militar.

"Deben comprender mi incoherencia por la falta de uso de la palabra, dado que no me podía comunicar ni hablar con ninguno de los guerrilleros que me custodiaban", se excusó con voz cansada.

El presidente de Colombia, Álvaro Uribe, ha anunciado que Francia acogerá al guerrillero que escapó con el ex congresista, un joven de 28 años conocido con el alias de 'Isaza'. Además, el guerrillero desertor recibirá una recompensa del Gobierno colombiano por abandonar las FARC y facilitar la libertad del ex congresista.

Dos políticos canjeables
Lizcano era el político con más tiempo en las cárceles de las FARC. Con su rescate son dos los congresistas que permanecen aún cautivos en calidad de rehenes canjeables, es decir, sujetos a negociación política.

El resto, 23, son miembros de la fuerza pública. Además, la guerrilla tiene en su poder a cientos de civiles.

El rescate de Lizcano supone un nuevo golpe a las FARC, después del rescate, en julio, de la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, tres estadounidenses que trabajaban en la agencia antidrogas norteamericana y 11 miembros de la fuerza pública colombiana.