El Liceo Casino premia con la Insignia de Oro a sus socios más veteranos

▶ Se nombraron socios de honor a nueve de los miembros vinculados a la entidad desde hace 50 años

▶ El expresidente de la sociedad Rafael Fontoira Surís fue uno de los homenajeados

posado grupal de los homenajeados. DP
photo_camera Posado grupal de los homenajeados. DP

El Parque de A Caeira acogió el jueves uno de los actos más emblemáticos de la vida social pontevedresa: la imposición de las Insignias de Oro a los socios de honor del Liceo Casino de Pontevedra. Un acto con el que se premia la fidelidad de los socios que lo han sido ininterrumpidamente durante 50 años.

Los galardonados de este año han sido Vicente Brotóns Evia, Enrique Cervera-Mercadillo de Dios, Víctor Collazo Pérez, Darío Fernández Fernández, Rafael Fontoira Surís, Miguel Ángel Martínez Regueiro, Carlos Mauricio García de Padín, Evangelino Rubio Gómez y José Luis Vázquez-Lescaille Fernández.

Todos ellos (a excepción de Enrique Cervera-Mercadillo de Dios, quien disculpó su asistencia) se dieron cita en compañía de sus familiares en la sede del Liceo Casino en A Caeira para degustar un almuerzo al que sucedió, ya entrada la tarde, la imposición de las insignias y la entrega de los diplomas acreditativos.

Alrededor de un centenar de socios del Casino asistieron al acto que contó con el actual presidente de la sociedad, Jaime Olmedo Suárez-Vence, quien mientras se servían los cafés quiso pronunciar unas breves palabras dirigidas hacia los homenajeados y sus invitados.

En su alocución calificó este almuerzo como "el acto más entrañable del año", puesto que supone una "oportunidad única para reunir a familias y amigos". Quiso además hacer una mención especial a uno de los nuevos Socios de Honor, Rafael Fontoira Surís, quien en su día presidió la institución que ahora le homenajea. De él se destacó su labor al frente de la directiva y su importante contribución como "artífice de la piscina y del pabellón, dos de los emblemas del actual Liceo Casino".

El presidente del Liceo, Jaime Olmedo, calificó esta reunión de familiares y amigos como "el acto más entrañable del año" 

Tras el aplauso de rigor, Jaime Olmedo e Isidoro Callejo se turnaron para imponer las Insignias de Oro y entregar los diplomas a los auténticos protagonistas del acto. Uno a uno, todos ellos fueron acudiendo a la llamada por su nombre para recibir, aparte de los ya mencionados galardones, un caluroso abrazo por parte del presidente y el vocal de la Junta Directiva.

En nombre de los homenajeados, Rafael Fontoira fue el encargado de pronunciar el discurso de agradecimiento una vez finalizado el acto. Empezó recordando su paso por esta institución con más de 160 años de historia y quiso destacar que está "tan bien o mejor" que cuando él la presidía.

Con la emoción a flor de piel, Fontoira aseguró que "los jubilados tenemos pocas satisfacciones y la mayoría vienen de terceros , por lo que recibir este homenaje es sin duda la mejor safisfacción", manifestó.

El expresidente de la entidad social aprovechó el momento para animar a su nieta, presente en el acto, a que le dé un bisnieto y desató con ello las risas del público. "Quiero ser breve porque hace un calorazo".

Fontoira Surís fue fiel a su premisa y, tras despedirse, todos los invitados disfrutaron de una agradable y calurosa velada.

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