"É absolutamente espectacular". Así tildó este martes el alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores, el nuevo contrato de abastecimiento de agua, que gestionará Viaqua por 20 años, que costará 110 millones de euros y que obligará a la concesionaria a invertir 66 millones en obras de saneamiento y suministro de agua.
"É a mellor oferta económica e a mellor oferta técnica", dijo Lores en respuesta a las preguntas de los periodistas sobre el servicio, del que afirmó es uno de los más baratos por habitante de las ciudades gallegas. "En tres ou cinco anos vaise pegar un avance bestial tanto ó saneamento como ó subministro deste municipio", añadió.
La resolución del concurso público, el mayor de la historia de Pontevedra, provocó este martes críticas del PSOE. "Foi a crónica dunha adxudicación anunciada. O último cravo no ataúde da recuperación dun servizo público", manifestó el portavoz del PSOE, Agustín Fernández, que reiteró que el contrato privatizado sale más caro que si fuese de gestión municipal.
A este respecto, Lores aseguró que el Concello "fixo todo o posible" para que el abastecimiento no fuese de gestión privada, pero atribuyó la decisión municipal a trabas de carácter contractual que afectarían a fórmula de prestación del servicio y a la plantilla.
Por otra parte, el alcalde informó de que la Mesa de Contratación, el organismo que resuelve la adjudicación de obras y servicios, tendrá menos presencia de políticos, que pasarán de cinco a dos. Habrá un edil fijo (Raimundo González, del BNG) y otro que irá rotando entre el resto de grupos (PP, PSOE, Marea y Ciudadanos). La decisión se produce en arreglo a la nueva Ley de Contratos, que reduce la proporción entre políticos y técnicos en la Mesa, que mantendrá cuatro funcionarios.
