Miguel Anxo Fernández Lores es ya alcalde de Pontevedra. Por sexta vez consecutiva, el regidor nacionalista levantó el bastón de mando municipal. Y lo hizo pese a que no todos los concejales de izquierdas, los once de su partido y los cuatro del PSOE, votaron por él en la urna que se habilitó en el Pleno de investidura. Una concejala del BNG, Pilar Comesaña, votó en blanco por error, por lo que Lores resultó elegido con 14 apoyos, los del nuevo bipartito.
Los nueve ediles del PP, liderados por Rafa Domínguez, votaron en contra de la investidura y Ciudadanos, que solo tiene un concejal, Goyo Revenga, la facilitó al optar por la abstención, con una papeleta en blanco.
En su discurso, Lores apeló al diálogo y al cambio. "Ir a remolque dos cambios non é suficiente. Avanzar a modo ou parare é retroceder, pois outros avanzarán máis rápido. Avanzar é anticiparse ós cambios", aseguró.
En su intervención, el líder nacionalista defendió que Pontevedra debe encabezar "o tránsito a unha cidade post-industrial. E hizo una mención expresa a Ence, entre aplausos del público, asegurando que "aínda está pendente o traslado da Celulosa".
El "novo ciclo" que afronta Lores, que el 3 de julio cumplirá 20 años en la Alcaldía, también tendrá en cuenta el modelo urbano y otros campos en los que el líder del Bloque quiere ser "pioneiro": la implantación del sistema de compostaje, el "coidado do medio ambiente", "a corrección de desequilibrios territoriais e sociais", "a innovación e a creatividade" y el "transporte acorde ás necesidades actuais".
