Los herederos de la leyenda del nadador Éric Moussambani

Miguel López, exdirector técnico del Club Natación Galaico, dirige en Tailandia un programa de apoyo a nadadores
Miguel López junto a uno de los entrenadores del equipo de Estados Unidos en el Mundial de natación
photo_camera Miguel López junto a uno de los entrenadores del equipo de Estados Unidos en el Mundial de natación

En los Juegos Olímpicos de Sídney 2000 un joven guineano restó protagonismo a las estrellas de la natación, el holandés Pieter van den Hoogenband y el australiano Ian Thorpe ‘'El invencible’', como le llamaba la prensa de su país, que se colgó cinco medallas. Éric Moussambani no subió al podio, ni siquiera pasó de la eliminatoria previa. Es más, justo tras salir de la piscina, después de disputar los 100 metros libres, que completó en el doble de tiempo de las marcas de los demás, dijo que había estado a punto de ahogarse, pero la de ‘el conocido como 'La anguila’' fue una de las imágenes de los Juegos.

El recuerdo de él nadando solo -porque los otros competidores fueron descalificados en la salida- tratando de no ahogarse recorrió el mundo y fue despedido por el público australiano puesto en pie. Desde entonces, a los héroes exóticos de la cita de los cinco aros se les llama Moussambani.

Participó en los Juegos Olímpicos de Sídney luego de ocho meses de entrenamiento gracias a las invitaciones que el Comité Olímpico Internacional destinó a los países en vías de desarrollo. Se acercó a las instalaciones de entrenamiento oficiales de su país, Guinea Ecuatorial, con el objetivo de pertenecer al mundo del atletismo, no obstante, los cupos estaban completos, por lo que le propusieron practicar el deporte de la natación. A partir de ese momento, Éric empezó a buscar una pileta, completamente solo, sin entrenador ni compañeros que pudieran asesorarlo y tan sólo pudo conseguir una piscina de 22 metros en un hotel de la capital.

La grandeza de su gesta es que hizo que el COI, pero especialmente de la Federación Internacional de Natación (Fina), se replantease sus políticas deportivas, por ello creó varios programas para ayudar a los ‘Moussambani’ del mundo.

Doce de los 18 nadadores que entrena Miguel López ya tienen garantizada su presencia en los Juegos

Hace unos años se crearon cuatro centros repartidos en Europa, África, América y Asia, pero en la actualidad solo permanece abierto el del sudeste asiático, que es dirigido por un histórico de la natación pontevedresa, Miguel López Alvarado, que durante 15 años fue director técnico del CN Galaico, convirtiéndolo en el club más laureado de la historia de este deporte en Galicia, y posteriormente ejerció de profesor de la Escuela Naval Militar.

En la isla tailandesa de Phuket -fue arrasada por el tsunami de 2004-, Miguel López, que sigue siendo el entrenador personal de Pablo Cimadevila, dirige las carreras de un grupo de nadadores de países como Nepal, India, Tailandia, Timor Leste, Bangladesh, Sri-Lanka, Tailandia o Maldivas, que en condiciones normales solo irían a los Juegos gracias al concepto de universalidad que rige la Carta Olímpica, sin embargo ya doce de ellos han conseguido las marcas mínimas A o B como consecuencia del programa Targeting Río (Apuntando a Río).

Todo comenzó en agosto de 2014, cuando Miguel López recibió el ofrecimiento para trabajar en un excepcional complejo hotelero-deportivo que había levantado en Phuket un multimillonario alemán, que había construido un colegio internacional para que su hijo recibiera la educación que él creía ideal, por lo que combinó a profesores de talla internacional con técnicos de deporte y entrenadores mentales. «Se trajo al profesor de meditación del Dalai Lama», explica el técnico desde Tailandia y cuando está a horas de partir hacia la India porque varios nadadores participarán en un campeonato internacional.

Inicialmente su trabajo era dirigir la natación del complejo y entrenar a varios nadadores tailandeses, pero pronto las expectativas se elevaron porque los tres se clasificaron para el campeonato del sudeste asiático, por lo que al proyecto se apuntaron doce deportistas.

El trabajo llegó a oídos de la Fina, en concreto del tesorero honorario, que es de Tailandia, por lo que se interesaron por el trabajo realizado. «Quedaron impresionados», comenta Miguel, por lo que decidieron que Thanyapura se convirtiera en el centro donde fueran becados los Moussambani del sudeste asiático.

«Es mucho más que un proyecto deportivo. Es un proyecto humano», reconoce Miguel López, que recalca la necesidad de compaginar el programa de rendimiento con la labor de un «resort como este».

Actualmente dirige a 18 nadadores de más de una decena de países y existe la previsión de que en las próximas semanas se incorporen más. De todos ellos doce ya tienen garantizada su presencia en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro y la lista podría aumentar porque los resultados han superado todas las previsiones.

CAMBIO DE DINÁMICA.
El primer gran éxito llegó en el Mundial de Kazán (Rusia) del pasado verano en el que lograron diez récords Nacionales y la primera mínima para los Juegos. «Se puede pensar que ya tenían una base, pero no es así», comenta Miguel. Todos ellos han mejorado considerablemente sus marcas. Un claro ejemplo es que el nadador de Sri-Lanka Cheranta de Silva rebajó en nueve segundos su marca. «No estaba ni entre los mil mejores del mundo y en verano logró ser semifinalista en Kazán (Mundial)».

En el Mundial otro de los componentes del grupo, el nadador de Timor Leste, llegó a las semifinales. Sin embargo, hasta que llegó a Thanyapura nunca había competido. Maldivas (está representado en el programa con un nadador) no cuenta con ninguna piscina y celebra su Campeonato Nacional en una competición en la que con pantalanes se construyen un ‘vaso de agua’ en el mar (imagen pequeña).

En agosto de 2014, López se marchó a un resort en Tailandia que fue convertido por la Fina en un centro de referencia


El proyecto es, sobre todo, una experiencia vital ya que conviven 18 deportistas de diez países distintos, que tienen sus costumbres, en una zona con muchas rivalidades políticas, algunas de las cuales han desembocado en conflictos bélicos.

Actualmente Nepal e India están viviendo momentos de tensión ante el bloqueo de la frontera del país del Himalaya; sin embargo en el grupo conviven «excepcionalmente» las dos nadadoras nepalís y las dos indias. «Son un ejemplo de convivencia. Se ayudan entre ellas», reconoce el entrenador.

«Todos saben que son el futuro de sus países y que está en sus manos cambiarlos», comenta el técnico que reconoce que ellos «tratan de aislarse y dar normalidad a las relaciones». En muchas ocasiones se olvidan de sus banderas porque presumen de representar al equipo de la natación, ese que no entiende de idiomas, ni de ideologías ya que la única que tiene es la del deporte.

«Los conflictos entre los países no se nota porque el nexo de unión es la natación. Como todos son adolescentes han formado una piña. Son conscientes de que sus federaciones dejan mucho que desear y que la unión entre ellos les da fuerza», señala el entrenador canario, que vivió más de 25 años en la provincia de Pontevedra.

Targeting Río se ha convertido en el trozo de madera al que se aferran un grupo de deportistas para cambiar sus vidas y la de sus países, como si trataran de náufragos luchando por sobrevivir. Miguel es su guía. La persona que cada día aleja más sus límites y que les recalca que con esfuerzo, sacrificio y tesón nada es imposible. Hace un año y medio ninguno de ellos podía imaginarse tener garantizada, por la vía deportiva, su plaza en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Moussombani abrió el camino que ahora ellos están recorriendo. El legado del guineano sigue vigente gracias al trabajo de un pontevedrés de corazón.

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