Los hosteleros, en alerta

Tras los asaltos a bares en San Antoniño, Monte Porreiro y Alba, este periódico supo que los mismos cacos actuaron el miércoles en un local del Sur de la ciudad Utilizaron idéntico modus operandi, en busca de dinero fácil en puntos del extrarradio

El último establecimiento asaltado, en el barrio de Ponte Muíños. GONZALO GARCÍA
photo_camera El último establecimiento asaltado, en el barrio de Ponte Muíños. GONZALO GARCÍA

Forzando la entrada, en este caso a través de una ventana. Así entraron los ladrones en un conocido establecimiento de hostelería ubicado en el barrio de Ponte Muíños, a pocos metros del Complexo Deportivo Rías do Sur, que alberga la piscina olímpica de Pontevedra. Así se produjo, en la impunidad que confiere la noche, el cuarto robo en bares, restaurantes y cafeterías de los que tiene constancia la Policía Nacional en la última semana, con idéntico modus operandi, objetivo y botín: el dinero fácil guardado en las cajas registradoras y en las máquinas tragaperras de cada uno de los establecimientos.

Los investigadores lo tienen claro: todos los asaltos tienen la misma firma, la de una persona o grupo de personas conocedoras del terreno en el que actúan y con capacidad operativa y logística como para forzar verjas de entrada con las herramientas oportunas y huir en pocos minutos sin dejar rastro de su presencia.

Los ladrones se llevaron 500 euros de la registradora y 600 de la tragaperras en el café-pub que fue desvalijado en la noche del martes

 

El último ejemplo, ocurrido en la noche del martes en Ponte Muíños, viene a confirmar las sospechas de los investigadores. Los ladrones accedieron al bar, uno de los más frecuentados de la zona, después de forzar una de las ventanas que dan acceso a la calle. Una vez en el interior y aprovechando la ausencia de testigos (el asalto se produjo en plena madrugada), los expertos cacos actuaron sin prisa pero sin pausa, lo que les permitió desvalijar la caja registradora, que contenía unos 500 euros en efectivo, y la máquina tragaperras, cuya recaudación en el momento de los hechos ascendía a algo más de 600.

Los propietarios del local dieron cuenta de lo sucedido en la Oficina de Denuncias y Atención al Ciudadano (ODAC) de la Comisaría Provincial en cuanto tuvieron constancia del suceso.

La Policía Nacional piensa que se trata de delincuentes habituales, aunque no descarta ninguna hipótesis

 

La Policía Judicial puso en marcha a los efectivos de la Brigada Provincial de Policía Científica, que, una vez más, acudieron al lugar de los hechos en busca de recabar restos biológicos que puedan servir para identificar a los sospechosos.

PRECAUCIONES. Mientras avanzan las pesquisas, que giran alrededor de delincuentes habituales que operan en Pontevedra y en sus alrededores, la Comisaría pide a los hosteleros que extremen las precauciones a la hora de cerrar los locales y de conectar los sistemas de seguridad, si es que disponen de ellos, cuando no se hallen en el interior.

Por las ubicaciones de los hechos, los investigadores tienen claro que los ladrones intentan evitar la presencia de alarmas, cámaras y cualquier otro sistema de vigilancia, por lo que prefieren actuar en lugares del extrarradio, tales como Monte Porreiro, Alba y ahora Ponte Muíños, con la única excepción de San Antoniño, que, dicho sea de paso, es una zona en clara decadencia desde el punto de vista de la actividad comercial en los últimos tiempos.