Las viviendas sociales de Valdecorvos recibirán a nuevos inquilinos a finales de este mes. Se trata de los adjudicatarios que optaron por la compra de los pisos situados en Prado Novo y Rúa Nova, que serán los últimos en poder estrenarlos, ya que los que se decidieron por el alquiler firmaron su contrato a mediados de diciembre.
Responsables de la Xunta aseguraron a este periódico que las hipotecas de los nuevos inquilinos se firmarán en la última semana de este mes, a partir del día 18. Esta situación se produce después de las quejas y el malestar de los afectados por la demora en el proceso de compra, a los que el banco no les ha dado ninguna fecha concreta para la firma del contrato. Al parecer, uno de los motivos de este retraso se debió a que la entidad financiera elegida para esta operación, Caixa Rural Galega, no disponía de toda la documentación necesaria. "Nos dijeron que les faltaba la tasación de los pisos", comenta una afectada. Responsables del Gobierno gallego afirman que el consejo de administración de este banco, que coordina esta actuación desde su oficina de Vilagarcía, ya ha dado el visto bueno a la misma, lo que acelerará el proceso de compra.
EL PRECIO. Valdecorvos recibirá a 18 nuevos vecinos como propietarios de estos pisos de promoción pública, dos menos de los previstos inicialmente. Las bajas se debieron al retraso en el proceso de compra y los afectados decidieron pasarse al alquiler para acelerar su entrada en el parque residencial pontevedrés.
El precio de compra de los apartamentos, cuya construcción costó cerca de 14 millones de euros y se alargó más de lo debido, oscila entre los 35.815 euros del más barato a los 68.000 euros del más caro dependiendo del número de habitaciones.
Los primeros habitantes de Valdecorvos fueron los que decidieron firmar un contrato de arrendamiento con el Instituto Galego de Vivenda e Solo (IGVS). El organismo les hizo entrega de las llaves de sus viviendas el pasado 16 de diciembre, un mes después de los prometido.
El IGVS deberá hacer frente a lo largo de este año a un nuevo proceso administrativo para que el complejo pontevedrés esté al cien por cien de ocupación. Un piso vacío, al que rehusó un beneficiario, obligará a la Xunta a reabrir la adjudicación. El apartamento en cuestión dispone de un solo dormitorio.
La demora en el proceso de compra genera malestar entre los adjudicatarios de las viviendas. Dos de ellos se pasaron al alquiler
