Las ciudades con río tienen su encanto. Pontevedra tiene el Lérez, Ourense el Miño, Madrid el Manzanares, París el Sena y Rostov (Rusia) el Don. Quizás resulta extraño compararlos, pero ahora más que nunca, la Boa Vila y la localidad rusa, de entre estas últimas las más distanciadas entre ellas, guardan una gran relación.
A partir de este viernes, el fisioterapeuta Hugo Ogando comenzará la gran experiencia de su vida. Pontevedrés de nacimiento y recuperador de algunos deportistas de renombre de la ciudad, Ogando acaba de firmar un contrato de año y medio con el FC Rostov, que actualmente dirige el exceleste Valeri Karpin, para formar parte de su cuerpo médico.
Esta nueva aventura, que en un principio no le pareció una buena idea, surgió de una llamada de un amigo, Raúl Álvarez, también fisioterapeuta y que en la temporada actual forma parte del cuerpo médico del conjunto ruso: "El pasado 27 de diciembre me llegó una llamada de un buen amigo mío con el que estudié la carrera y el máster, Raúl Álvarez. El se había ido a Rostov un año antes a través de Luis Casais y esta campaña pidió un fisio más para su equipo. Cuando se lo concedieron, Raúl pensó en mí y no tardó nada en llamarme".
En un primer momento, Hugo Ogando rechazó la oferta ya que "era una locura, por lo que dije que no. Con mi clínica y todo, no había posibilidades, pero al final me dieron más días para organizarme y acabé aceptando. Creo que es una muy buena oportunidad, por lo menos para vivir la experiencia".
"Valeri Karpin es un tío genial. Tuve unos problemas con el pasaporte y me llamó para decirme que no me preocupase, que iban a solucionarlo"
Además de irse a un nuevo país con una cultura totalmente diferente, Ogando también se estrenará en el mundo del fútbol, ya que el pontevedrés siempre se había dedicado al deporte individual. Por lo tanto, será una doble experiencia para él: "Estoy acostumbrado a trabajar con deportistas de alto nivel, pero individualmente, por lo que el fútbol es un nuevo reto. Son otras dinámicas y otro tipo de lesiones. Es cierto también que voy a estar muy arropado por mi amigo".
Con esta nueva experiencia, el reto que se propone Ogando es "aprender en un equipo de Primera División que estuvo en Champions hace dos temporadas. Es una pasada". Ogando, aficionado del RC Celta de Vigo de corazón desde muy pequeño, trabajará también con uno de "mis ídolos, aunque yo no sea muy futbolero: Valeri Karpin. Además es un tío genial. Tuve unos problemas con el pasaporte y me llamó para decirme que no me preocupase, que iban a solucionarlo. Al final se acabó arreglando, pero que te llame Karpin para tranquilizarte es increíble".
Por eso, irse a Rusia no es una locura para él. Entre risas, el fisioterapeuta pontevedrés explica que "mis amigos y familia están curados de espanto porque cuando me fui con Javier Gómez Noya viajé por todos lados. Entonces mis padres ya piensan que, como ya estuve en el otro lado del mundo, Rusia no es para tanto".