Mara Torres: "Ser valientes también tiene contrapartidas"

El rostro de La 2 Noticias es también una brillante novelista. Ha presentado en Galicia su última obra, un homenaje al dejarse llevar

Mara Torres (Madrid, 1974). LUIS POLO
photo_camera Mara Torres (Madrid, 1974). LUIS POLO

Viene de publicar Los días felices, su segunda novela. Su debut, La vida imaginaria, le valió para quedar finalista del Premio Planeta. Es difícil empezar mejor.

Fue lo más sorprendente de mi vida profesional. Presentando La 2 Noticias tenía miedo de escribir una novela sin nada que ver con el informativo, por eso hice La vida imaginaria sin pensar en publicarla, o que de hacerlo sería con un seudónimo. Por eso la escribí con tanta libertad.

Se dio por hecho que no escribiría una segunda novela...

Precisamente comprendí que si escribía una segunda novela debería tener la misma sensación de libertad. No quería expectativas, por eso les dije a los de Planeta que no tenía más novelas, sin ningún contrato de por medio que me obligara a escribir.

Por suerte escribió Los días felices, donde se refleja que si alguien quiere saber cómo cambia su vida, solo tiene que observar su día de cumpleaños cada cinco años. Parece un buen ejercicio de reflexión.

Me llama la atención que casi toda la gente que ha leído el libro ha hecho ese ejercicio. Esa teoría me la inventé pensando en cómo unir 20 años mediante un día de hilo de conductor. El cumpleaños es una jornada muy distinta para cada uno de nosotros pero tiene elementos comunes, como felicitaciones o una tarta de cumpleaños. Y un lustro es tiempo suficiente para que haya cambios.

¿Cambiamos las personas o cambian las circunstancias que nos rodean, como dice el protagonista?

Yo creo que no cambiamos por el paso de los años, sino por las cosas que ocurren durante ese tiempo; sí, por las circunstancias. Y cuando somos jóvenes la vida va menos en serio que con más años.

"Un amigo tiene una bodega en Valdeorras y por él hice alusión al vino en el libro. Con los gallegos disfruto la vida al máximo"

 

Quizás la incertidumbre ante esos cambios y el miedo a quedarse solo lleven a Miguel a refugiarse en personas a las que realmente no ama o a evadirse con el sexo. Es algo muy presente en la sociedad.

Es la primera vez que hablo de la soledad en una entrevista. El protagonista tiene miedo a quedarse solo, incluso tiene pesadillas con ello. Y entonces se refugia en el amor, el sexo... Es un tipo muy normal y por eso nos identificamos con él. A veces la literatura y el cine están hechos de personajes muy extremos.

También se refiere a la sensación de llevar media vida haciendo lo que los demás esperan de él y no lo que a él le apetece. A mucha gente le pasa y se da cuenta tarde.

No es fácil dar un carpetazo encima de la mesa y salir corriendo en busca de la felicidad. Esta novela también acaba siendo un homenaje al dejarse llevar, que no tiene tan buena fama como ser un valiente, pero no es fácil tomar las riendas de la vida en todas las circunstancias. Tenemos que ser conscientes de que verdaderamente lo que queremos hacer también tiene contrapartidas, para nosotros y la gente que nos rodea.

El protagonista lleva la mitad de su existencia persiguiendo el amor de su vida. ¿Hay espacio en la sociedad actual para el amor platónico?

El amor platónico es el germen de la novela. Necesita un espacio en nuestras vidas, no como un amor inalcanzable o hacia alguien a quien no conocerás nunca, sino platónico en el sentido de que acaba perteneciendo al mundo de las ideas. Es un amor que no se materializó por lo que fuera. Y puede parecer doloroso no hacerlo realidad, pero yo creo que no, porque ese amor se queda en una isla, intocable, sin desgastarse por el paso del tiempo. Cuando nuestra vida sentimental se tambalea siempre tendremos esa isla para refugiarnos pensando que ese amor se podría hacer realidad.

Si me permite la pregunta. ¿Ha tenido algún amor platónico?

Más de uno. Además yo era fiel a los amores platónicos. A mí me gustaba alguien a quien solo veía en el instituto y que no me hacía ni caso y yo era fiel a ese chico (ríe).

Portada de 'Los días felices', de Mara Torres. GALICIAÉ¿Y alguno en Galicia?

Esta pregunta te la contestaré como los gallegos: puede que sí o puede que no (ríe).

Aunque no en carne y hueso, ¿se ha enamorado de la gastronomía o de algún lugar de la comunidad?

Sí. Uno de mis mejores amigos, a quien conocí en la facultad, tiene unas bodegas en O Barco de Valdeorras. De hecho gracias a él hay referencias al vino en el libro. Tengo muchos amigos gallegos, muchos son periodistas y muchos de Pontevedra.

¿Cómo definiría a los gallegos?

Cuando estoy con ellos disfruto la vida al máximo, con intensidad.

Yo la definiría como una periodista total. Ha estado en radio, tele y además escribe. ¿Con qué se queda?

No he escrito en prensa, pero para mí escribir ficción es una cosa totalmente distinta; me produce unos niveles de libertad que no tengo cuando cuento la realidad, que es cuando ejerzo el periodismo. Es totalmente diferente.

De hecho el lenguaje desenfadado y la temática cotidiana del libro rompe con la imagen de seriedad del informativo. ¿Es la Mara escritora la que conocen sus amigos?

Sí. Cuando salgo en el informativo estoy siendo la imagen de trabajo de un equipo de diez personas.

¿Cómo se toma el proceso de escribir un libro? ¿Se pone horarios o escribe en sus ratos libres?

Me pongo horarios. Dediqué tres años a Los días felices. Entre lunes y jueves desde las diez de la mañana hasta las tres, antes de irme a trabajar. Eso sí, el fin de semana solo disfruto, no trabajo.

¿Escribe para desconectar?

Llegué a la conclusión de que mis personajes me han acompañado mucho en estos tres años. Date cuenta que mi horario hace que pase todas las mañanas sola. Creo que escribo para no sentirme sola.

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