Opinión

¡Marchando una de ostras!

LO QUE me está costando despedirme del verano, no se lo quiero yo explicar a ustedes, porque entonces no acabamos en la vida. Pero he de decirles que hay otra despedida que me quita más el sueño y que entristece mi corazón hasta límites insospechados. Se nos va Salvador Omil, nuestro querido responsable de comunicación de la Escuela Naval Militar hasta este jueves. ¡Te vamos a echar muchísimo de menos, Salva!  Y es que la institución militar ‘pierde’ a una joya, y lo pongo entre aspas porque, en realidad, Salva seguirá unido a las Fuerzas Armadas, aunque destinado en otro lugar.

Yo desde aquí le pido que no se nos vaya muy lejos, que en Marín siempre tendrá su casa y a la familia hay que venir a verla de vez en cuando. Aunque sé que me leerá, esto que les cuento se lo recordaré hoy a la cara, en la despedida que nos ha preparado a los periodistas en el centro castrense, en la que nos presentará al nuevo responsable de prensa, el capitán José Ignacio Valles, a quien recibiremos de mil amores, porque sabemos que será tan buen jefe de prensa como lo fue Salva.

En fin, cambiando de tema, que no me quiero pasar de melancólica, ¿qué me dicen del convite de Luís Bará en el Parlamento? Les cuento. Resulta que mientras debatía con otros rivales políticos sobre la mejora de Ponte Sampaio (una información que les cuenta mi compañero Serafín Alonso en la página 7), el diputado planteó a los miembros de la comisión una visita al lugar con invitación a anguilas incluidas, "que están moi boas", les dijo. No sé si la visita será política, pero gastronómica seguro que sí. Hasta el punto de que algún presente le sugirió que en vez de anguilas, Bará invitase a unas ostras. El pontevedrés le cedió ese honor a la socialista Patricia Vilán. A mí, qué quieren que les diga, tanto me tiene quién invite. Me pienso anotar igual.
 

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