Opinión

Marín: el puerto, el cabotaje y Bofill (II)

Después de que las navieras trasatlánticas abandonasen (finales del s. XIX) el Puerto de Marín debido a la falta de infraestructuras y especialmente al traslado del Lazareto de Tambo a la isla de San Simón en la ría de Vigo, los industriales y consignatarios de Marín y Pontevedra, junto con las autoridades portuarias, para evitar la decadencia en la que entraba el puerto y viendo como el movimiento portuario se iba desviando hacia la dársena viguesa, hubieron de pensar en impulsar el tráfico de cabotaje, que era una de las principales características del enclave marinense. (“El puerto de Marín es uno de los más limpios, espaciosos, seguros y cómodos de toda la Ría... Diccionario P. Madoz. 1845).

Entre las muchas actuaciones que se proyectan para la mejora de las instalaciones portuarias destaca el ambicioso proyecto de futuro encargado en 1896 al afamado ingeniero de Caminos, Narciso Puig de la Bellacasa (1864-1936), que daría pie a la construcción y ampliación de muelles, como los Diques Este y Oeste y la carretera de enlace entre ambos. Las obras supusieron una de las mayores inversiones portuarias de la época, más de 1.600.000 pesetas. Aquellas infraestructuras llegarían a adquirir tal relevancia política que en 1907 se crea una entidad responsable de la explotación, conservación y obras a la que se denomina Junta de Obras del Puerto, -hoy Autoridad Portuaria del Puerto de Marín y Ría de Pontevedra-; produciéndose con ello “el despegue definitivo que convierte al de Marín en el puerto más importante de la Ría y uno de los mejores de Galicia". No podemos olvidar tampoco que al impulso dado al cabotaje, ayudó también el declive en el que entra el puerto de Pontevedra que recibía su tráfico marítimo a través del río Lérez, lo cual origina un incremento de las operaciones en el puerto marinense.

La importancia adquirida y el que fuese de interés preferente para las navieras son circunstancias que llaman la atención y que aprovecha un emprendedor catalán, de nombre José María Bofill, que entra en escena con su llegada a Marín en 1899 "para instalarse primero como vendedor de sal y carbón y después como promotor de diversas industrias relacionadas con el mar, entre ellas la Naviera Noroeste, S. A. que encarga a Barcelona la construcción de dos buques Ons y Sálvora que destina al cabotaje entre Marin y los puertos de Galicia y de otros puntos de España. Tantos eran los negocios que tenía el señor Bofill que éstos lo ahogaron en deudas y éstas a su vez acabaron con su próspera trayectoria empresarial. El ilustre médico marinense Secundino Lorenzo lo definía como hombre de gran capacidad para plantear los negocios y de pocas o ninguna para el desarrollo de ellos"

Precisamente ayer se cumplía el 85 aniversario del fallecimiento de José María Bofill. Tuvo lugar en Marín el 29 de noviembre de 1935. Recibió sepultura en el cementerio municipal de A Raña.

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