Sube el nivel del mar, desaparecen determinadas especies, el agua está contaminada y los plásticos invaden los océanos. Son solo algunos de los efectos de la degradación del planeta, que estos días centra la Cumbre Mundial del Clima en la que participa el alcalde de Pontevedra para explicar el modelo de ciudad que ha liberado el centro de tráfico motorizado. Quedan todavía cosas por hacer y los expertos alertan de que es necesario y urgente reducir el uso de plástico, usar más el transporte público (lo que implica mejorar el servicio por parte de las administraciones) o cuidar los bosques, que no deben confundirse con los monocultivos de especies como el pino o el eucalipto.
Pero aunque la Boa Vila esté representada por sus buenas prácticas, el cambio climático es un asunto que ocurre aquí y ahora. Lo repiten los expertos: no es una cuestión abstracta, sino que tiene consecuencias directas en nuestro día a día.
Los cambios que ya se ven
"Un ejemplo muy claro que muestra cómo nos está afectando en Galicia es la llegada de las avispas velutinas, una especie que viene de zonas más al Sur y se queda porque la temperatura media ha subido", explica la doctora en Biología de la Universidade de Vigo Anaís Rivas. Como esta, muchas otras especies que hasta ahora solo sobrevivían en zonas más cálidas llegan ahora a Galicia. "Si esto no se corrige, tendremos cada vez más plagas, porque llegarán nuevas especies y muchas de ellas serán invasoras", cuenta Rivas, que añade que otro de los efectos del cambio climático es la desaparición de las estaciones. "Hace tiempo que no notamos un día con temperaturas medias, o hace frío o hace calor", explica.
Los que están por venir
Si no se actúa de forma urgente, tal y como advierten los científicos, los cambios van a seguir produciéndose. Cuando se habla de calentamiento global se suele relacionar con una de sus consecuencias inmediatas: la subida del nivel del mar. Esta subida llegará también a las Rías Baixas, cubriendo la manga de arena que une la península de O Grove con la tierra y convirtiendo al concello de O Salnés en una isla, por ejemplo, Otras zonas de Pontevedra podrían quedar sumergidas bajo el mar si su nivel sigue aumentando. Así, la organización estadounidense Climate Change lanzó recientemente un mapa interactivo en el que se puede observar cómo afectaría en todo el mundo el aumento del nivel del mar en 30 años. En el mismo, se puede observar cómo algunas de las zonas más próximas a la ría en la ciudad acabarían inundadas. Las marismas de Alba, los terrenos de A Xunqueira y la Illa do Covo, así como el Pazo da Cultura o las instalaciones de la fábrica de celulosa Ence.
Además, el experto en Oceanografía en el Instituto de Investigacións Mariñas de Vigo, Antón Álvarez Salgado, explicaba a este periódico que el aumento de los niveles de CO2 en la atmósfera tenía más consecuencias. Una de ellas es la acidificación de los océanos al entrar en contacto el dixido de carbono con el agua del mar y convertirse en ácido carbónico, unha substancia que dificulta la formación de la concha de bivalvos como los mejillones.
El cambio climático tiene también consecuencias económicas a nivel local. La subida del nivel del mar afectaría a los bancos de marisqueo, la subida de temperaturas afectaría a la pesca por la entrada de nuevas especies invasoras y algunas infraestructuras como puertos o carreteras quedarían inundadas. "Isto é unha predición tendo en conta o modelo de vida que temos, pero non significa que teña que ser así, hai que saber que as cousas poden cambiar se se toman medidas como, por exemplo, a substitución dos combustibles fósiles", explicaba Álvarez Salgado.
Las soluciones
Hay formas de frenar la degradación del planeta. Los expertos señalan una serie de hábitos que es necesario cambiar para conservar el planeta tal y como lo conocemos y también se pueden aplicar a nivel local. El primero, disminuir las emisiones de CO2, lo que pasa, inevitablemente, por utilizar menos los vehículos individuales. "Las administraciones deberían mejorar ya el transporte público, que en Galicia es un horror. Necesitamos una buena red de transporte ya", indica la doctora en Biología Anaís Rivas. La experta añade también la responsabilidad de la ciudadanía con el consumo de proximidad y el descarte de alimentos que estén envueltos en plásticos o poliespán.
Por su parte, el profesor e investigador de la Escola de Enxeñería Forestal Adolfo Cordero pone en relieve el valor de los bosques por su labor de captura de carbono de la atmósfera. "Ultimamente popularizouse a idea de que prantar árbores de rápido crecemento é bo porque capturan carbono, pero iso non serve de moito se en dez anos eses cultivos se cortan para facer papel. O que precisamos son bosques de verdade, como os de antes, con especies que tarden máis tempo en medrar pero que, tal e como certifican estudos recentes, poden chegar a reter tres veces máis carbono", explica Adolfo Cordero.
Aunque Pontevedra vaya a participar en la Cumbre Mundial del Clima como referente en el cuidado del planeta, los científicos también le ponen deberes al Gobierno municipal. Así, la doctora en Biología Anaís Rivas señala que los eventos deportivos deberían ser más respetuosos con el medio ambiente. "Este mismo fin de semana se celebró un campeonato de ciclocrós, en zonas protegidas, cambiando los patrones de conducta de muchos animales que viven en ellas", indica la científica. En este sentido, Rivas cree que una forma eficiente de concienciar a la sociedad para cambiar los comportamientos irrespetuosos con el medio es poner sanciones económicas a la ciudadanía, pero también a las empresas y los gobiernos que no cumplan unos acuerdos mínimos por el clima.
Mediante una app de móvil, se registrarán los efectos de la contaminación en los líquenes con el objetivo de recabar datos que permitan abordar soluciones a medio y largo plazo. La investigación se realizará con la colaboración de escolares de Primaria, Secundaria y Bachillerato.
Modelo urbano
Por otra parte, el Concello de Pontevedra ya ha encargado la medición de CO2 en los barrios de Loureiro Crespo y O Castañal, en los que realizará reformas para la disminución del tráfico a motor en un breve plazo de tiempo. El objetivo de este estudio es comparar la calidad del aire antes y después de haber llevado a cabo la humanización de los barrios para dimensionar la importancia de los cambios.
La reforma urbana
Los cambios llevados a cabo por el BNG, con Lores a la cabeza, en el urbanismo de Pontevedra que valen la atención de la COP25 pasan por la reducción del tráfico motorizado en el centro, lo que supuso, según fuentes municipales, una reducción del 66% de las emisiones de CO2. Además, los efectos positivos derivan también de la limitación de velocidad a 30 km/h y a 10km/h en zonas determinadas. Esto ha supuesto un incremento de los desplazamientos a pie y reducir el volumen de vehículos que circulan por la zona urbana de 80.000 a 7.000. Esto supuso también una mejora de la seguridad vial, con cero atropellos mortales en el centro desde 2011.
Existen otras medidas pioneras que ponen a Pontevedra como ejemplo a seguir. La gestión de residuos mediante el compostaje de restos orgánicos. Además, el Concello presume del Ciclo da Auga, una medida puesta en marcha para evitar las fugas en las tuberías y aprovechar los recursos hídricos.
LOS MAPAS DE LA COSTA DE LAS RÍAS BAIXAS EN 2030
Las marismas de Alba
Los efectos del aumento del nivel del mar el Pontevedra se notarían y mucho. Tal y como puede verse en la imagen, el puerto deportivo quedaría inundado, así como buena parte de las marismas de Alba o el Parque de Maquinaria de la Deputación.
La zona de A Xunqueira
Las inundaciones llegarían también a A Xunqueira y la Illa do Covo. Del mismo modo, el entorno del Pazo da Cultura y las oficinas de la Policía Local formarían parte del cauce del Lérez, según la página Climate Change.
Adiós a la Illa de Tambo
Fuera del centro de la ciudad, en Lourizán, el mar llegaría a la mismísima plaza del barrio de Os Praceres, llevándose por delante el paseo marítimo, la PO-11 y también la fábrica de celulosa Ence. Además, para 2030, la Illa de Tambo habría desaparecido.
O Grove, una isla
De cumplirse los pronósticos de los científicos, el mar se tragaría también la manga de arena que une O Grove con la comarca de O Salnés, pasando a ser una isla. Esto significa que playas como A Lanzada quedarían sumergidas.