Opinión

Más que una polémica

DONALD TRUMP se suma al club de los intocables para las caricaturas. Mahoma y los sentimientos religiosos monoteístas ya estaban. Los riesgos son de ir al paro o de acabar víctima de una bomba. Lo hemos visto. Hay, incluso, quienes pidieron comprensión hacia los indignados que en un dibujo sienten agredida su autoridad o ensuciados sus sentimientos o creencias. Es una línea que delimita los campos de las libertades. La marcan los intocables, que nunca aceptaron la sociedad que siguió a la Ilustración. En estos tiempos aceleran el borrado de las señas de identidad de las democracias liberales: a un mismo tiempo, muros para la circulación de las personas y para la crítica y la caricatura. Un regreso a la impermeabilidad de las fronteras. Un retroceso y una amenaza.

En 1976, con Arias Navarro todavía en la presidencia del Gobierno, el rey Juan Carlos viaja oficialmente a EE.UU . en una vía más hacia la democratización del país. La acción y las muestras exteriores de apoyo a los pasos democratizadores eran fundamentales hacia dentro para acallar y neutralizar los poderes franquistas en el ejército y en las instituciones. La revista Cambio 16, que sumaba expedientes y secuestros gubernamentales, publica una portada en la que una figura caricaturizada del Rey aparece bailando, al modo Fred Astaire, sobre los rascacielos de Manhattan. Se organizó la polémica y la persecución. Una caricatura del Rey era una falta de respeto. Buena parte de los miembros del Consejo de Ministros eran partidarios de una sanción en forma de clausura para el semanario. Existe la versión de que la famosa editora del Washington Post Katharine Graham intervino ante Kissinger y este ante el Gobierno de Arias para evitar el cierre.

Este suceso con la caricatura del rey de España en la portada de Cambio puede valer de referente en la barrera que separa las formas autoritarias o totalitarias y los sistemas de libertades. La resistencia al cambio en España no admitía que el Rey pudiese ser protagonista de una caricatura o de una viñeta en la prensa.

La salud pública democrática de una sociedad la muestra la capacidad de caricaturizarse a sí misma y expresar la crítica con el humor. «Las caricaturas de prensa nacieron con la democracia y cuando las libertades están amenazadas, ellas también». Así lo ve, acertadamente, Patrick Chappatte, que, después de muchos años trabajando desde Suiza para varios medios, ve rota la relación con The New Yok Times.

Llega de Portugal la buena noticia del Premio Gazeta para el ‘cartulista’ António, el autor de la viñeta con Donald Trump y Netanyahu, que llevó a The New York Times a suprimir la caricatura política en su edición internacional. Llega desde Canadá otro caso, también con Trump. La viñeta presenta el recorrido de la partida de golf presidencial en el borde del agua, donde aparece la imagen del padre y la niña salvadoreña que murieron en el intento de paso del río Bravo. Los temores para sus negocios del editor canadiense llevan al despido del viñetista.