Las mascarillas más top se fabrican en Lérez

Sanamask presume de crear las máscaras higiénicas de mayor calidad del país, que distribuye dejando el beneficio en segundo plano
DAVID Repor sobre fábrica de mascarillas. Calle arco 36 lerez 36156. Quedé allí a las 10.00, jueves, 17 sept · 10:00–10:00
photo_camera Fernando Ortigueira, en la fábrica. DAVID FREIRE

En la parroquia de Lérez, en una nave que pasa casi desapercibida para los que cruzan el lugar de A Piolla, se fabrican "las mascarillas higiénicas de mayor calidad de toda España". Así lo defiende Fernando Ortigueira, director general de Sanamask, la empresa pontevedresa que está surtiendo a medio país de máscaras desechables para frenar la expansión del coronavirus.

En apenas dos meses y medio la firma ha fabricado más de 1,2 millones de mascarillas que disponen de triple capa y "todas las certificaciones" exigibles, incluida la Especificación UNE 0064 regulada por la Asociación Española de Normalización. 

Ortigueira dice anteponer la calidad y la cobertura de una necesidad social frente al beneficio. Por eso ha decidido recurrir a materia prima nacional y comercializar las unidades a un precio módico, con el que el margen de ganancia llega a un máximo del 20%. Ahora mismo tiene de oferta el pack de 50 unidades, que se comercializa a 19,99 euros (a 39 céntimos la unidad).

"Otras fábricas pueden estar llegando al 300% fácilmente. En los momentos de mayor demanda hubo empresas que incluso alcanzaron el 10.000% vendiendo mascarillas de una sola capa a cuatro euros, pero nosotros no buscamos eso. Nuestro objetivo es ser una empresa de prestigio que ofrezca un buen producto a un precio razonable, porque es un artículo necesario y con demanda excesiva. Siempre he prensado que se debe actuar así, quizás por eso no soy rico", bromea el director durante la visita. 

DAVID Repor sobre fábrica de mascarillas. Calle arco 36 lerez 36156. Quedé allí a las 10.00, jueves, 17 sept · 10:00–10:00

Ortigueira habla en plural, porque en realidad la propietaria de Sanamask es Rosa Jalda Blanco y el responsable de la publicidad y marketing es su hijo Iván Ortigueira. La idea inicial surgió en plena pandemia, en la mente de un emprendedor de raza que se lanza de lleno a los huecos vacíos que se van abriendo en el mercado. De hecho, ya ha perdido la cuenta de las empresas que ha puesto a rodar en sus 48 años de vida, entre las que enumera una empresa de motores de parapente, una firma de portales y cerrajería, un taller de motos, un lounge bar, una casa de reparación de móviles, una firma de importación de productos de China...

Actualmente compagina Sanamask con la dirección de Galferro Europa, otra fábrica con sede en Lérez y contigua a Sanamask que acaba de batir su récord de facturación a causa de la pandemia. Fundamentalmente, por los encargos de estructuras de metal realizados "desde el sector de la agricultura", con motivo del aumento de algunas plantaciones. "Cuando veo una necesidad en el mercado me involucro y en este caso cuando empezó la pandemia vi una clara necesidad de mascarillas. Primero pensé en comprarlas para distribuirlas, pero esa idea solo me duró una semana. Lo que había no era de calidad, así que opté por fabricarlas aquí (...). Muchos piensan que es un negocio muy rentable, pero están equivocados. Exige una importante inversión y hay mucha incertidumbre", advierte en su despacho. 

La factoría prevé quintuplicar su producción en las próximas semanas y aumentará la plantilla

La fábrica, que empezó a funcionar en julio, produce actualmente 50.000 mascarillas diarias, pero la previsión es quintuplicar el volumen en las próximas dos semanas implantando un turno nocturno e instalando dos nuevas máquinas, una destinada a mascarillas de adultos y otra para máscaras infantiles. El crecimiento irá parejo de un incremento de la plantilla (formada por cuatro trabajadores) y está alentado por una demanda que ha superado con creces todas las expectativas.

La lista de pedidos engorda a cada minuto en todos los canales de comercialización, que comprende tanto el suministro a farmacias, supermercados y proveedores, como la venta directa por Internet. El 70% se vende en Galicia y el resto en casi todas las regiones del país. "Estamos aquí desde las siete de la mañana a la una de la madrugada y no damos abasto", señala Jalda con la vista puesta en los últimos encargos. "Jamás nos imaginamos esta respuesta".

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