El matadero que custodia bicicletas

La antigua instalación municipal, que dejó de funcionar como tal en 2001, sirve ahora como sede del Club Ciclista y como taller del carpintero de la villa, pero podría albergar más servicios

Un lugar del edificio en el que se acumula maquinaria antigua. C. NEIRA
photo_camera Un lugar del edificio en el que se acumula maquinaria antigua. C. NEIRA

Solo en un lateral, el tiempo ha dejado su huella en forma de humedades y manchas ennegrecidas sobre la piedra de la pared. Por el resto, el edificio del antiguo matadero de Mogor se mantiene impertérrito en el tiempo. Su fachada, de una belleza singular para el tipo de actividad que albergó durante años, se alza en la orilla izquierda de la carretera que une Marín con Seixo, y puede engañar al visitante desconocido por el buen estado en el que se encuentra.

Fue en 2001 cuando la Consellería de Sanidade puso fin al negocio del que fue el único matadero de toda la comarca de O Morrazo, y cuyas instalaciones eran utilizadas fundamentalmente por los carniceros de las villas marinense y morracense. Entre los motivos que impulsaron el cierre del edificio como matadero destaca la imposibilidad de adaptarlo a las nuevas normativas sanitarias que el Ejecutivo gallego impuso a los mataderos de la comunidad.

El lugar en el que se ubica el de Mogor, una curva cerrada, impidió que se crease un área más extensa en la que los camiones cargados con ganado pudiesen maniobrar de manera sencilla. Incluso en el 2007, la Corporación municipal debatió en un Pleno la posibilidad de invertir cerca de 30.000 euros en mejorar la estructura interna para poder optar a su reapertura como matadero. Sin embargo, las esperanzas de hacerlo se redujeron al mínimo y el Concello decidió desviar esa financiación a otro tipo de servicios.

Actualmente, si uno se acerca al matadero a pie tiene la impresión de que se encuentra totalmente abandonado. Pero nada más lejos de la realidad. Una parte de sus instalaciones alberga la sede del Club Cicilista de Marín, mientras que otra se utiliza como almacén municipal, en el que se guardan elementos del casco urbano que se van retirando, como por ejemplo, farolas. Otro de los departamentos se habilitó como taller para el carpintero municipal.

Finalmente, hay un agregado al edificio que sí se encuentra en un estado algo más ruinoso y en el que se acumulan algunas cámaras frigoríficas de la época en la que se mataba a los animales en el interior del edificio.

En los últimos años, el Concello ha llevado a cabo algunas mejoras, especialmente en la cubierta del edificio, con el objetivo de que se conserve el interior sin humedades y que al menos los lugares 'habitados' se mantengan en un estado aceptable. Según la concelleira de Turismo, Cristina Acuña, "apenas queda sitio" para poder darle una segunda vida a un edificio, cuya rehabilitación integral podría mejorar la disponibilidad de un espacio municipal que se le podría ofrecer a alguna asociación o sobre el que se podría proyectar alguna iniciativa turística o cultural. A pesar de ello, de momento el Gobierno local asegura que no hay nada sobre la mesa, "excepto alguna nueva mejora".

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