Mejor sin azúcar

Los nutricionistas recomiendan controlar el consumo de helado de los más pequeños para un evitar un desarrollo temprano de enfermedades como la diabetes 
Una señora disfruta de un helado en las calles de Pontevedra. J.L.OUBIÑA
photo_camera Una señora disfruta de un helado en las calles de Pontevedra. J.L.OUBIÑA

Los helados industriales son famosos por contener gran cantidad de azúcares, materia grasa y calorías, de ello alerta la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Los nutricionistas advierten de que no cuidar la cantidad de helado que ingiere un niño puede derivar en el desarrollo de diabetes a edades muy tempranas, además explican que cada vez hay más casos propiciados por una mala alimentación.

"El helado es una de esas cosas que cuanta menos cantidad comas, mejor", explica la nutricionista Ana Muñiz. Comenta también que la mejor opción cuando se quiere consumir uno de estos productos es acudir a una heladería artesanal que cuente con sabores sin azúcares.

Muñiz señala que antes los helados eran más saludables, al contar con ingredientes como el huevo que les aportaba un componente nutritivo, actualmente se les ha privado de este valor y se ha conservado solo el energético. De esta forma se ha dado lugar a un producto que no debería consumirse a diario.

Por otro lado, encontramos los polos y algunos helados para niños, que tiene un mayor contenido de agua, lo que disminuye el valor calórico del producto y su porcentaje de azúcar y de materia grasa –que en algunos casos no llegan a sumar el 15% del contenido–, lo que los hace los más recomendables entre los producidos industrialmente.

La nutricionista también explica que los sorbetes pueden ser una alternativa más saludable puesto que contienen menos grasas, aunque su contenido en azúcar sigue siendo elevado, lo que quiere decir que tampoco es recomendable ingerirlos sin limitaciones.

La OCU ha establecido una lista de helados explicando qué tipos son más grasos. El menos saludable es el helado americano, compuesto por más de un 10 por ciento de grasa en la totalidad de su peso. Le siguen el de crema, el de leche, los clásicos de heladería y los los recubiertos de chocolate –por ese orden-, mientras que los sorbetes y los polos ya nombrados, junto a los granizados, componen el final de la clasificación al estar mayormente formados por agua.

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