Opinión

Mi reino por un master

WILLIAM SHAKESPEARE inmortalizó a Ricardo III, el rey de Inglaterra de la casa de York muerto en la batalla de Bosworth por los Tudor. Cuenta el dramaturgo que su caballo rodó por los suelos al perder una herradura por un clavo endeble y huyó despavorido, lo que le impidió retomar el mando de sus tropas, que también estaban huyendo. Al verse sin los suyos y rodeado de enemigos levantó la espada y gritó "¡Un caballo! ¡Mi reino por un caballo!".

Los exégetas de este episodio extraen muchas enseñanzas para el gobierno de las naciones y la dirección de las empresas que pueden morir por el pequeño detalle que simboliza un clavo defectuoso.

Pero el clavo por el que Ricardo III perdió el reino también parece un trasunto del master de la señora Cifuentes que, además de causarle la pérdida de la presidencia de Madrid –solo falta saber cuándo–, ha logrado que toda la clase política, Gobierno y oposición, esté volcada en ese asunto buscando réditos electorales cada uno a su manera. Lo grave es que mientras se entretienen con el master abandonan la gobernabilidad del país que tiene muchos frentes abiertos y algunas vías de agua que amenazan con hundir la nave.

Ya se sabe que la ambición y el corto plazo electoral de los políticos son más grandes que su talento y dedicación al país

Por citar solo unos ejemplos, ¿qué plan tiene el Gobierno y que alternativas la oposición para el solucionar el problema territorial y la amenaza de los nacionalismos? ¿Cómo piensan afrontar el futuro de las pensiones? ¿Van a retomar el pacto por la educación, roto por el abandono del PSOE, que es un clamor? ¿Para cuándo la financiación autonómica de la que depende la calidad de vida de los ciudadanos?

Más preguntas, ¿A qué esperan para instalar la decencia en la vida pública? ¿Cuándo piensan reformar las administraciones que, si no se adelgazan, ponen en peligro el estado de bienestar? El FMI reclamaba ayer a España políticas valientes para corregir desequilibrios, como el envejecimiento y su impacto en el mercado laboral, ¿toman en serio las advertencias de ese organismo? ¿Tienen algún proyecto para cambiar o diversificar el modelo productivo?

Por un clavo una herradura, un caballo y un reino... Por un master está el país paralizado, sin proyectos, sin reformas, sin viento favorable. Parafraseando a John Lennon, la vida es aquello que pasa mientras estamos ocupados en otras historias que, en el caso del master, son importantes, aunque menores.

Pero ya se sabe que la ambición y el corto plazo electoral de los políticos son más grandes que su talento y dedicación al país.

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