Mimmi Kass: "A mí lo que me pone es la inteligencia"

Ella es Javiera Hurtado, pediatra en el Provincial. Y también Mimmi Kass, autora de literatura erótica y premio Terciopelo

Javiera Hurtado (aka. Mimi Kass) en su casa de Pontevedra. GONZALO GARCÍA
photo_camera Javiera Hurtado (aka. Mimmi Kass) en su casa de Pontevedra. GONZALO GARCÍA

Después de ganar el XII Premio Terciopelo, sí que ya no hay vuelta atrás en su carrera como autora de literatura erótica y romántica.
No, esto ya es serio. Bajo la aurora boreal es la octava novela que publico. No sabía muy bien qué hacer con ella. Una amiga me habló del premio Terciopelo, de la editorial Roca. Cuando me llamaron para decirme que lo había ganado, no me lo creía. De hecho, tuve una reacción súper sosa: "Ah, vale, gracias". Cuando colgué fue cuando fui un poco más consciente de lo que había pasado y me emocioné. ¡El premio más antiguo de España de novela romántica! ¡Uno de los más prestigiosos! Para mí ha marcado un punto de inflexión. He pasado de autopublicarme, que es lo que más he hecho, a pesar de haber sacado un título también con Harlequín [Ardiendo], a recibir un galardón que me respalda como autora.

Se ha pasado de la novela erótica a la romántica. ¿Se hace mayor?
No, qué va, son perfectamente compatibles. En realidad, las autoras que nos movemos en uno de estos géneros normalmente también lo hacemos en el otro. En la novela romántica, pese a que pueda tener momentos muy sensuales y atrevidos, lo más importante es la historia de amor. Es el caso de ‘Bajo la aurora boreal’, que cuenta el encuentro, en la Noruega de finales de los 60 y principios de los 70, de una chica de Oslo de muy buena familia, que ha luchado mucho por ser libre y que se va a un hospital muy pequeñito del Círculo Polar Ártico, y de un hombre bastante especial, pescador, que trabaja mucho con las manos. Entre los dos saltan chispas y se crea una relación muy bonita.

El Círculo Polar Ártico, una ola de incendios en Ourense, un hospital en Santiago de Chile... Cualquier escenario le vale para desarrollar una historia romántica.
A mí sí, aunque tiendo a eligir espacios que me han llegado dentro. Chile para mí es muy importante porque viví allí ocho años. En Ourense hice el MIR de Pediatría y estuve viviendo durante cuatro años. Y Noruega me vuelve loca. Tengo como un síndrome de Stendhal con ese país. Me fascinan sus paisajes, las auroras boreales, su manera de vivir, su historia...

"Es muy importante que las autoras y los autores trabajemos fuera del tópico. Hay todo un mundo más allá del coitocentrismo"

Le falta Pontevedra.
¡Por supuesto! ¡Lo tengo súper presente! De hecho, en Ardiendo, la novela ambientada en Ourense, uno de los personajes es de la provincia de Pontevedra.

Cuando empezó a escribir relatos eróticos decía que le apetecía romper con estereotipos que pervivían en el género. ¿Se lo ha planteado también con la romántica?
Sí, claro que sí. Cuando escribí ‘El hombre fetichista’ vi que servía para abrir muchos ojos. Incluye, por ejemplo, un beso con el que se identificaron un montón de lectores que me escribían diciéndome: "¡Dios mío, soy fetichista! ¡A mí también me pone muchísimo eso!". ¡Y era simplemente dar un mordisco al labio! Las eróticas son muy diversas y hay todo un mundo más allá del coitocentrismo y el misionero. Fíjate, hay una escena en ‘Bajo la aurora boreal’ en la que los protagonistas practican sexo estando ella muy embarazada que también me han comentado mucho las lectoras diciéndome que les había parecido preciosa. ¡Me encantó que fuese recibida así! Porque no es una escena con la que se podría contar habitualmente en la romántica. Es muy importante que pasen estas cosas, que las autoras y los autores trabajemos en tratar de exponer situaciones que se salgan del tópico y del estereotipo. Y ojalá podamos hacerlo de una forma elegante y sana, que apele a los sentidos y al placer. Porque hay que romper estereotipos, pero hay que hacerlo bien. Sex positive siempre. Hay que abordar el sexo de forma positiva, sana y divertida.

¿Cuántos fans tienen en el Hospital Provincial los médicos protagonistas de su saga En cuerpo y alma?
¡Buf! ¡Más de los que yo podía pensar! Inés y Erik protagonizaron cuatro novelas y llegará pronto la quinta. La verdad es que me ha pasado de todo y eso que yo intento parcelar al máximo mis facetas. En el Hospital soy seria, rigurosa y profesional. Pero, a veces, es imposible que no se crucen las cosas. Por ejemplo, un día que acompañé a mi marido a vacunarse a Montecelo, me encontré con la chica del vacunatorio con dos ejemplares míos para que se los firmara. ¿Tú sabes la ilusión que me hizo eso? Me lee bastante gente y eso me genera mucha felicidad. Incluso me ha pasado con mamás de niños hospitalizados que me miran y me miran y no se atreven, pero que cuando se van de alta me aparecen con algún libro para firmar.

Se había puesto Mimmi en homenaje a su abuela, que además era aficionada a este tipo de literatura. ¿Le parece que estaría contenta con el éxito de Mimmi Kass?
Contentísima. Estoy segura. Para mí fue una mujer muy especial y estoy convencida de que se pondría de punta en blanco, con sus tacones y sus guantes, y me acompañaría a todos los saraos. La tengo muy presente siempre. Gracias al seudónimo forma parte de todo esto.

¿Y a usted qué es lo que le pone?
¿A mí? Yo soy muy sapiosexual. Me pone mucho la gente inteligente y con sentido del humor. El vikingo de mis novelas, el tipo Alexander Skarsgard, está bien, claro que sí, a nadie le amarga un dulce, los labios, el cuerpo... Pero a mí personalmente me atrae y me resulta erótico que te conquisten con una conversación y con chispa. Me lleva a preguntarme cómo será esa persona en otras facetas (risas). De hecho, mi marido me ganó así, me embelesó. He tenido mucha suerte.