Opinión

Mis premios naranja y limón

Cena de periodistas en 2013. RAFA FARIÑA
photo_camera Cena de periodistas en 2013. RAFA FARIÑA

QUIZÁ USTED no sepa que las periodistas tenemos patrón. Es San Francisco de Sales y se celebró este domingo, aunque no por todo lo alto, como viene siendo tradición en el sector al que tengo el honor de pertenecer desde hace ya algunos añitos. Las restricciones sanitarias del coronavirus nos han impedido celebrar este año la habitual cena en la que el sector (periodistas de prensa escrita y digital, radio, televisión o gabinetes de comunicación) se reúne para hablar de lo divino y de lo humano; para contar cómo nos ha tratado el año, de la situación de los medios o de los últimos cotilleos o para reencontrarnos con algunos compañeros que hacen menos calle y más despacho.

Lo cierto es que, cada mes de enero, en la cena sacamos lo mejor de nosotros mismos. Y la última de ellas, que tuvo lugar el año pasado, antes del inicio de la pandemia, fue memorable...

Otra de las tradiciones de esta reunión de plumillas es la concesión de los Premios Naranja y Limón a quien más nos endulza o amarga nuestra labor como notarios de la actualidad. Sin que sirva de precedente y sin pretender representar a todo el sector, faltaría más, he decidido que propondré a mis candidatos para ambos galardones. Ya que no pueden salir elegidos a través de los votos de mis compañeros, y como me da pereza crear una cuenta en Telegram u otra red social, aquí van mis propuestas...

En el último año, viendo el trabajo de mis compañeros, he de decir que mi Premio Naranja se lo doy al personal sanitario, tanto al que está en primera línea en la lucha contra el coronavirus, como al que continúa desarrollando su labor contra viento y marea. ¡Contamos con vosotros! Si los trabajadores de la sanidad, centros de salud, hospitales, centros de día o residencias incluidos, son la cara amable de esta moneda, la cruz la pone el Premio Limón.

El galardón más amargo recaerá también este año en el mismo sector, el de la salud pública. Y se dirige a aquellos que dificultan, torpedean, marean o ponen excusas para no facilitar el trabajo a los compañeros periodistas que desde hace diez meses, y pese a los recortes, al cansancio o a los ERTE, tratan de informar lo más honesta y rigurosamente posible sobre la pandemia del coronavirus en el área sanitaria de Pontevedra.

Permítanme que no les ponga nombres y apellidos a los Premios Limón. Ellos saben quiénes son.

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