Opinión

Monologando

POR UNA vez, y sin que sirva de precedente, se supone que Pedro Sánchez dice la verdad cuando afirma que su pretendido diálogo, el último, con Torra fue un monólogo del líder independentista. Por lo que parece, el presidente del Gobierno, que se desplazó con el Ejecutivo a Barcelona para reforzar la interlocución entre las partes, se conformó con oír las reivindicaciones del jefe de la Generalitat: autodeterminación, referéndum, intermediarios internacionales, presos políticos, buena convivencia entre catalanes, mayoría de ciudadanos afines a la república... y demás sandeces del habitual rosario de majaderías. Falta saber si el señor Sánchez no miente cuando afirma que no dijo que sí a ninguno de la veintena de puntos expuestos y no negociables; parece probable que no se atrevió a contradecir a su interlocutor en ninguno de ellos para evitar que se cabrease y le pusiese de patitas fuera de Moncloa. O sea que la ingenuidad disfrazada de cinismo en que cimentó el Gobierno el conflicto catalanista, diálogo y más diálogo, se diluye ahora en un soliloquio soberanista, sin más alternativa que la tomadura de pelo y el engaño a los españoles que acabaron creyéndolo. Feliz año.

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