Moraña reconoce la labor realizada por nueve mujeres elegidas por sus vecinos

'A ruta das mulleres' es un compendio de la lucha y de la capacidad de superación de una generación marcada por la dureza de la vida

 

Luisa Piñeiro y Susana López, con siete de las nueve mujeres durante el homenaje. F.S.
photo_camera Luisa Piñeiro y Susana López, con siete de las nueve mujeres durante el homenaje. F.S.

Inés Fernández Ruiz nació el 9 de noviembre de 1917 en A Revolta (Saiáns, Moraña). Entre ella y su madre se estableció un fuerte vínculo afectivo, truncado por la muerte de su progenitora. Con seis años se fue a vivir a la casa de un familiar, en Amil, y comenzó a ir a la escuela. A los diez regresó su padre de Argentina y se establecieron en Alberguería.

Desde entonces, fue ella quien se encargó de cuidar a sus hermanos, y esa responsabilidad marcó su vida. Trabajó en las fincas y ordeñaba dos vacas, cuya leche vendía en Santa Lucía. Pudo casarse pero no lo hizo.

Esta es una de las nueve historias que figuran en la publicación A rutas das mulleres, de la que es autora Marcela Santórum, que se encargó de presentarlo. En este volumen figura la experiencia de Raquel Folgar Fraga, que vino al mundo el 23 de abril de 1923 en Santa Xusta.

Su padre fue cantero, emigrante en Norteamérica y Argentina, y su madre, costurera. «Viviamos ben, non nos faltou de comer», recuerda, y guarda en su memoria la imagen de unos profesores duros en un breve tiempo de escuela que finalizó a los trece años.

Vistió la chaqueta de un hermano en el día de su boda, con José Búa Vieites. Ella tenía 17 años y él, uno más. Poco después se llevaron a su marido a la guerra, de la que regresó con una placa de titanio en la cabeza. No dejó de trabajar, cuidando la casa y a los hijos. Lo pasó mal, pero no se queja. «Bailando coa vida» es su lema.

‘A ruta das mulleres’ es un compendio de la lucha y de la capacidad de superación de una generación marcada por la dureza de la vida

 

Ángela Hortensia López Gamallo sostiene que «a vida é unha comedia». Nacida hace 90 años en Amil, su vida está marcada por la emigración de sus padres a Argentina. Adquirió unos conocimientos básicos en la escuela de doña Laura, donde se secaba la ropa empapada por la lluvia sobre su cuerpo. Los zuecos fueron entonces su único calzado.

Caminando fue hasta Pontevedra con otras vecinas en los días de diversión. Entonces no pensaban si la vida era buena o mala, porque tampoco conocían otra.

La ilusión es también la característica de Remedios Garrido Monteagudo, nacida el 4 de marzo de 1930 en Lamas. Fueron 14 hermanos y ella era de las más mayores. Le gustaba ir a la fiesta a Amil y a bailar a Caldas de Reis e ir al cine. Tuvo una hijo estando soltera, y recuerda con disgusto que su padre no dejó que se casase.

La vida de Elena Tilve Magariños estuvo marcada por la miseria provocada por la Guerra Civil. Nacida el 19 de noviembre de 1933, en Cosoirado, empezó a trabajar en las fincas a los ocho años y se casó a los 17 con un carpintero, con Hipólito Silva, y entre ambos sacaron adelante diez a hijos.

Dolores Fuentes Buján quiso estudiar Medicina, pero su padre mantuvo que siendo una mujer debería ser maestra, y ella se negó. Nacida en 1939, sus padres, dueños de la taberna O Carrapucho, de Cuntis, fueron víctimas de la barbarie franquista. A su madre le dieron una paliza. Quiso casarse de blanco, pero tuvo que hacerlo de negro. Trabajó en Alemania y a su vuelta enseñó a muchas jóvenes corte y confección.

Sara Brea Caramés, nacida en San Lourenzo el 24 de noviembre de 1942, se vistió con ropa hecha con remiendos y trabajó al jornal y en una casa de Pontevedra. Recogió leche, y con muchos sacrificios fue capaz de sacar adelante a sus hijas sin casarse, en un tiempo en el que ser madre soltera estaba considerado un estigma social.

Ver el campo abandonado le duele a María Caramés García, que tuvo que llevar el arado sobre sus hombros desde una finca hasta otra hasta que, en 1968, compraron un tractor. Nacida el 10 de mayo de 1949 en Rebón, caminaba descalza, como el resto de sus amigas, su se calzabanlos zapatos de tacón al llegar a la fiesta.

Carmen Barcala Pereira (Gargantáns, 13 de octubre de 1961) es una mujer con una gran fortaleza física que se echó sobre sus espaldas los trabajos del campo y de la casa (excepto entre 1987 y 1997, que fue emigrante en Suiza). A su regreso le sorprendieron, positivamente, los avances conseguidos por las mujeres. Es optimista y mantiene que mirando hacia atrás no se puede avanzar.

Los testimonios de las nueve mujeres protagonistas de Moraña
Los testimonios de las nueve mujeres protagonistas de Moraña2

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