Multas de hasta 500 euros por circular en patinete eléctrico por la ciudad

La nueva ordenanza de movilidad del Concello plantea su regulación, pero en la actualidad existe un vacío legal y usuarios de estos vehículos aseguran haber tenido problemas

Un joven paseando en patinete por el centro de la ciudad. DAVID FREIRE
photo_camera Un joven paseando en patinete eléctrico por el centro de la ciudad. DAVID FREIRE

Aunque oficialmente son Vehículos de Movilidad Personal (VMP), todo el mundo les conoce por un nombre mucho menos técnico: patinetes eléctricos. La moda ha llegado a la mayoría de ciudades españolas y parece que para quedarse, y Pontevedra no iba a ser menos.

Sin embargo, aunque para algunos pueden parecer poco más que un juguete, la realidad es que llegan a alcanzar los 25 o 30 kilómetros por hora y su uso, por el momento, carece de regulación. La Dirección General de Tráfico, mientras no se elabora una normativa específica, optó en 2016 por proponer una serie de criterios a los ayuntamientos y dejarlo en sus manos.

En el caso de Pontevedra, la nueva ordenanza de movilidad anunciada en mayo de este año planea regular la velocidad y el uso de bicicletas, patinetes (con o sin motor) y otros vehículos en los espacios públicos, pero el Concello asegura que los técnicos todavía están trabajando en la redacción del texto legal y, en concreto, se encuentran trabajando también en ese aspecto.

Esta falta de normativa clara deja en el limbo a sus usuarios, que aumentan cada día que pasa. "Son cómodos, rápidos, ahorras dinero, como mucho te sube un poco el recibo de la luz, no contamina...". Así explica Emilio alguna de las razones que le llevaron a adquirir uno de estos patinetes. Lo hizo casi al mismo tiempo que David, con la intención de acortar el tiempo de desplazamiento diario a su trabajo.

Conocedores de las polémicas que estaba habiendo con este método de desplazamiento, cuentan que antes de hacer la inversión consultaron con la Dirección General de Tráfico, el Concello de Pontevedra, Policía Local... Y en todos recibieron la misma respuesta, que no había problema a la hora de circular con ellos.

Sin embargo, poco después de adquirirlo David se encontró con su primer problema. "Salía de casa a primera hora de la mañana para ir al trabajo y me paró la Policía Local. Me dijeron que tenía que llevar matrícula, intermitentes, luces de posición... Y que tenía que darlo de alta en el Ayuntamiento", explica. Pese a que intentó disuadir al agente y explicarle que lo había consultado y que no había ningún problema, se encontró ante una multa por falta de autorización administrativa por valor de 500 euros.

Tras verse en esa situación, David decidió acudir a la DGT con la intención de pedir la autorización administrativa para circular. Sin embargo, allí le informaron que, debido a sus características, no se podía asimilar a un vehículo de motor. Además, en otra ocasión tanto David como Emilio recibieron un aviso de la Policía Nacional al encontrarse circulando con sus patinetes.

Por otro lado, el Concello no confirma cuáles son las medidas que se toman en la actualidad ante este tipo de vehículos.

Todo ello ha disuadido a David de utilizar su patinete como modo de desplazamiento por la ciudad y lo ha vendido. Emilio, sin embargo, tiene claro que seguirá usándolo. "En agosto lo dejé en casa porque había mucha gente, pero ahora con la vuelta al cole volveré a ir al trabajo con él", asegura.

Además de quienes tienen un patinete eléctrico en propiedad, en Pontevedra, aunque no existe un servicio para compartirlos como el que acaba de prohibir el Ayuntamiento de Valencia por falta de licencia, hay varias empresas que ofrecen la posibilidad de alquilarlos por horas.

Las ciudades gallegas aún no lo tienen regulado
A pesar de que son los ayuntamientos los que deberían acelerar la normativa, y ante el crecimiento exponencial de este tipo de vehículos, la Dirección General de Tráfico aboga por regular el patinete eléctrico en la reforma de la Ley de Seguridad Vial.

Mientras que en Pontevedra se está trabajando en su regulación, otras ciudades gallegas tienen en sus ordenanzas de movilidad figuras similares. Lugo, con un texto legal aprobado en 2013, solo hace referencia a los vehículos personales sin motor, pero establece que deben circular por aceras y zonas peatonales "sempre que non haxa aglomeracións de persoas".

En otros casos, como en Santiago, A Coruña y Ourense, sus ordenanzas hablan de monopatines, patinetes tradicionales o "aparellos similares", una expresión que podría incluir a los eléctricos, y los limitan igualmente a circular "a paso de persoa" por las aceras o calles residenciales que estén debidamente señalizadas.